Trabajadores y trabajadoras de Prensa Escrita paramos mañana. Estaría bueno que ustedes, patronales, también paren… paren de hacer números que sólo le cierran a ustedes; paren de encontrar un justificativo para seguir sumiéndonos en la miseria, la misma miseria que ponen en tapa y que los escandaliza, como si fuera algo lejano.
Pero no: esa miseria está afuera de sus oficinas y salas de reuniones. Está en las redacciones. Está caminando por las calles buscando testimonios. Está recorriendo pasillos de edificios públicos a la caza de información. Está sentada frente a la computadora, tipeando, haciendo lo que tiene que hacer: su trabajo.
Porque nosotros/as cumplimos. Seguimos desempeñando nuestro rol durante la pandemia. Pero, ojo: que sigamos trabajando y cumpliendo (con honra) nuestras labores no significa que nos olvidemos de que la miseria nos corre (bah, hace rato nos sacó ventaja en la carrera por sobrevivir hasta fin de mes). Ustedes, patronales que siguen creciendo (muestra de ellos son los grupos que siguen incorporando medios a sus `holdings´), prefirieron seguir dejando de lado los planteos de delegados y delegadas, que, más que nunca, fueron la personificación del esfuerzo trabajador y de la búsqueda de consensos para alcanzar mejoras que hagan menos dura la vida de las personas que integran las redacciones.
No escucharon (o no quisieron entender) el claro mensaje que emanó de las redacciones. ¡Basta! No se puede seguir en estas condiciones, que se agravan día a día. No podemos seguir siendo un número para ajustar en las reuniones de CEO´s y gerentes, que desconocen leyes, estatutos y convenios, por más que año a año tienen a delegados y delegadas marcándoles lo que establecen las normas.
Sueldos bajos, en cuotas, deudas de aportes. Si esas condiciones laborales estuvieran en un grupo empresario de otro palo, se relamerían para escribir notas y columnas desde la más profunda indignación, con el objetivo de conseguir pauta privada. Pero de las cosas que pasan puertas adentro, mejor no hablar. Mejor no atenderlas. Que sigan sufriendo. Que sigan haciendo malabares con las facturas de luz, gas, agua, internet, celular, los resúmenes de las tarjetas, las compras en el supermercado. Sigamos indignándonos para la tribuna, pero no miremos cómo están los trabajadores y las trabajadoras en el vestuario.
La triste noticia de la muerte de Diego Maradona mostró que no le escapamos al trabajo, que hacemos lo que amamos y amamos lo que hacemos, aún en las peores condiciones (un suceso que conmocionó al mundo durante una pandemia terrible y con sueldos magros).
Ustedes, patronales, que nos acusan de buscar pretextos para no trabajar, pudieron ver cómo tomamos rápido, muy rápido, una resolución. Ustedes podrían hacer los mismo: moverse rápido, muy rápido, para que fin de mes no sea casi todo el mes, que los salarios se recompongan como debe ser y se paguen de acuerdo a lo establecido en las leyes vigentes.
Este jueves 3 de diciembre de 2020, trabajadores y trabajadoras de Prensa Escrita paramos. Ojalá, ustedes, patronales, también paren.