Los productores argentinos de pollos frescos tienen la posibilidad de venderle a los consumidores de México 300.000 toneladas de carne aviar fresca con arancel 0. Equivalen a dos años de exportaciones o al 18% de la producción anual argentina. Sin embargo, aun no han logrado meter en ese mercado ni el 5% de eso. El viaje del presidente Alberto Fernández a México apunta a avanzar en ese objetivo.
El caso del pollo es uno de los varios artículos que las empresas de Argentina ya pueden exportar a México en cantidades importantes con arancel 0, pero que aun no logran cumplir ese objetivo.
El contraste con ese potencial exportador está en el caso de los autos, que constituyen la mayoría del comercio bilateral. Por el último cambio a los acuerdos madre de la relación entre ambos países, el año que viene el actual comercio administrado automotriz debería dar paso al libre comercio.
Justamente, el capítulo automotriz del viaje de Fernández incluyó una suerte de acuerdo tácito con su par azteca, Andrés Manuel López Obrador: no activar la cláusula de libre comercio automotriz y continuar con el administrado. Los mexicanos tienen una razón de fondo: la versión actualmente vigente del tratado de libre comercio de América del Norte (ex Nafta, ahora T-MEC para los mexicanos) obliga a que los autos tengan un 75% de piezas fabricadas en alguno de los tres países del bloque para que puedan pasar de una frontera a la otra. Hasta ese momento, los autos mexicanos que iban a EEUU y Canadá llevaban también cantidades de piezas de Brasil y Argentina, entre otros países de afuera del bloque. Ahora ya no es posible.
Por el lado de la Argentina, los 507 millones de dólares de déficit comercial bilateral de 2020 es una buena razón como para no buscar que más autos mexicanos inunden el magro negocio automotriz argentino, más aun en un contexto de pocos dólares. Por eso es que Fernández insistió con dos temas: uno, que México cree las condiciones para facilitar la entrada de los productos argentinos con arancel 0%, para lo cual el pedido fue que se “flexibilizaran” los requisitos; y dos, que le abran las puertas a las empresas exportadoras argentinas de commodities, en especial los frigoríficos del consorcio exportador ABC, que a su vez participa del programa de carne con precios cuidados.