Tres datos de la industria automotriz muestran cómo el sector se perfila, con dificultades y altos costos, en la dirección que busca el gobierno: en julio último, las exportaciones crecieron un 75% respecto de las de un año atrás, mientras que las ventas dirigidas al mercado interno cayeron un 35 por ciento. Al mismo tiempo, terminales automotrices anunciaron el inicio de una temporada de suspensiones que involucran a la fecha a 2200 trabajadores mecánicos.
La cámara empresaria que agrupa a las empresas que ensamblan autos en la Argentina, la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), detalló el último viernes que «en julio, la producción nacional de vehículos fue de 41.450 unidades, un 5,1% más respecto de junio anterior y un 8,6% más al compararlo con el desempeño del mismo mes del año pasado».
La explicación de la suba interanual se encontró en que «el sector exportó 25.363 vehículos, es decir, un 10,8% más respecto de junio, y un crecimiento del 74,7% respecto del volumen registrado en julio de 2017».
En cambio, el mercado interno se derrumbó. «En ventas mayoristas, el sector comercializó a la red de concesionarios 46.637 unidades, volumen que se ubicó un 15,8% por debajo del mes anterior, y un 35,5% menos en su comparación con el desempeño de julio del año pasado», detalló ADEFA.
Luis Fernando Peláez Gamboa, presidente de ADEFA, destacó el crecimiento de las ventas a Brasil: «Desde el inicio del año se viene registrando un aumento de los despachos a Brasil y se traduce en un crecimiento de 6 puntos porcentuales en este período». Así las cosas, la participación de las exportaciones totales sobre los volúmenes de producción pasó del 43% en los primeros siete meses de 2017 al 52% en 2018.
En cambio, Peláez Gamboa responsabilizó a la volatilidad financiera la caída de las ventas internas. «Las variaciones en el tipo de cambio y la tasa de interés, que aún se mantiene muy alta, han tenido un fuerte impacto sobre las ventas de vehículos, situación que esperamos se regularice y permita volver a un mercado interno que crezca en el menor plazo posible», dijo.
Con todo, la demanda brasileña no alcanzó a levantar la producción de todas las automotrices. De ahí que, apenas dos días después de la visita del presidente Mauricio Macri a la planta de Renault en Santa Isabel, ciudad de Córdoba, donde arrancó la producción de la pick up Frontier, de Nissan, la firma de capitales franceses anunció que suspenderá a sus 1800 trabajadores dos días por semana durante agosto por la caída de las ventas de las otras líneas de producción: los modelos Sandero, Sandero Stepway, Logan, Fluence y Kangoo, de los que salen 345 vehículos diarios.
También en Córdoba, Iveco anunció un nuevo plan de suspensiones y retiros voluntarios, el tercero de este año, para sus 600 trabajadores. La excusa fue la caída de las ventas de sus camiones y utilitarios.
A este escenario se suma el nuevo rumor, emanado de Estados Unidos, de una retirada de Ford de sus operaciones en Sudamérica, lo que confirma un anticipo de este diario de junio pasado.«