El incremento simultáneo de la cantidad de Leliq emitidas y la tasa de interés con las que son remuneradas le cuestan al Banco Central unos $ 14.600 millones diarios. Ese es el monto que debe abonar por las Letras de Liquidez que coloca entre las entidades bancarias, y que ya alcanzan los 7 billones de pesos, a una tasa de 75% anual.
Esos títulos son el instrumento utilizado por el BCRA para regular la cantidad de dinero en el mercado. Los que los suscriben son los bancos y entidades financieras que captan los ahorros de sus depositantes: saben que, como las Leliq abonan el mismo interés que los depósitos a plazo fijo, las colocaciones de sus clientes les terminan saliendo gratis.
La política expansiva que adoptó la autoridad monetaria en los últimos tiempos hizo que las Leliq fueran creciendo de manera exponencial hasta convertirse en una auténtica bola de nieve que nadie sabe muy bien cómo parar. De acuerdo al último informe diario del Banco Central, ya suman $ 7,036 billones, y representan 1,68 veces el total de la base monetaria. La suma se disparó a partir de la masa de dinero que la entidad debió emitir para absorber la mayor liquidación de divisas ligadas al “dólar soja”: en los últimos 30 días se liberaron por ese mecanismo $ 1,062 billones y se colocaron Leliq por $ 970 mil millones.
Algunos analistas comparan la situación con la causada por las Lebac, un instrumento similar que usaba el macrismo pero que también estaba abierto a otros inversores. En su momento, el Central tuvo que dejar de renovarlas porque mantener el esquema se le hacía insostenible.
“La referencia más sugerente es que las Leliq medidas en dólares oficiales se acercan al nivel del 2018 (cuando se denominaban Lebac) justo antes de que se desencadene la crisis cambiaria”, afirma un estudio del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa). Allí comparan los U$S 62 mil millones a que equivalían aquellos instrumentos en mayo de 2018 con los U$S 56 mil millones de los actuales a mediados de septiembre. En ambos casos, los pasivos remunerados de la entidad superaban con holgura las reservas internacionales (U$S 37.600 millones en la actualidad).
Este martes, en su presentación ante la comisión de la Cámara de Diputados para hablar del Presupuesto 2023, el titular del BCRA, Miguel Pesce, relativizó el problema y opinó que la solución pasa por lograr que esas letras, que en su visión son un respaldo de los ahorros de la población, se canalicen hacia el circuito productivo. “El sistema argentino tiene serios problemas para convertir los ahorros en inversión. Cuando la economía empieza a crecer y se acumula ahorro, en vez de generar un círculo virtuoso genera un problema: o la fuga de capitales o la acumulación de excedentes en el Banco Central”, explicó Pesce.