Las exportaciones agroindustriales, sumadas las de productos primarios y las manufacturas de origen agropecuario, alcanzaron la cifra récord de US$ 39.549 millones entre enero y agosto de este año. Esto supone que de mantenerse la tendencia cerrarán 2002 con un máximo histórico de US$ 55.000 millones, según un análisis de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro).
El mismo también destacó que “el complejo agroexportador argentino genera más de dos tercios del total exportado por el país”, y precisó que “las exportaciones de productos primarios (PP) más las manufacturas de origen agropecuario (MOA) han generado en los últimos cinco años exportaciones por US$ 223.827 millones, teniendo en cuenta la estimación para 2022”. “Y en lo que ha transcurrido del siglo XXI, la cifra total acumulada es de US$ 762.995 millones de agroexportaciones”, indicó Coninagro, que puso de relieve que “la relevancia del monto califica la importancia del sector agroexportador argentino, que genera más de dos tercios del total exportado por el país, que logra ingresar significativamente en mercados complejos y alejados, de Asia, Europa y, Norte de África como ningún otro rubro”.
La relevancia de las exportaciones agroindustriales
Además, remarcó que el sector agroindustrial “genera una participación en el total mundial de exportaciones de su rubro, de cerca de 2%, que multiplica con creces el total argentino en todos los rubros, de 0,3%, y que compite con calificada tecnología, relevancia geoestratégica y participación múltiple de empresas grandes, medianas y pequeñas”. “Vemos con asombro esta potente capacidad exportadora del sector aún en situaciones adversas, y aprovechamos este soporte de datos para solicitar una vez más la baja impositiva”, sostuvo por su parte el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto.
El análisis puntualizó que “el sector alcanza estos números récord aun en condiciones desventajosas comparando con sus competidores por razones endógenas, como escasez de financiamiento, inestabilidad macroeconómica, exceso de regulaciones obstructivas, impuestos a las exportaciones y brecha cambiaria”.
También mencionó las “razones exógenas, como el pago de aranceles de ingreso en mercados externos por carencia de tratados de libre comercio”. De todos modos, destacó que la agroindustria tiene “una capacidad de resiliencia notable poniendo de manifiesto la magnitud del sector”.