El ajuste llegó con fuerza hasta lo más sensible. Las organizaciones sociales que sostienen miles de comedores populares en todo el país denuncian que hace cuatro meses que las raciones que reciben desde el Ministerio de Desarrollo Social llegan de manera discontinua, sin alimentos frescos y en menor cuantía. La problemática afecta a las organizaciones más combativas agrupadas en la Unidad Piquetera pero también a aquellas que revisten dentro de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), alineado con el gobierno nacional y con varios dirigentes que revisten como funcionarios en la cartera que lidera Victoria Tolosa Paz, como Emilio Pérsico y Daniel Menéndez.
Las organizaciones denuncian que la cartera de Desarrollo Social discontinuó también el envío de insumos y herramientas para que las cooperativas puedan trabajar. Aseguran que registraron bajas unilaterales de los programas Nexo, que implican un ingreso complementario los beneficiarios del Potenciar Trabajo que se encuentran trabajando en tareas específicas y con mayor carga horaria.
Aseguran, además, que cada vez son más los trabajadores ocupados, informales y registrados que se ven obligados a recurrir a los comedores populares para garantizar su alimentación.
En su plan de lucha ininterrumpido, la Unidad Piquetera organiza una segunda Marcha Federal por estos reclamos. Partirán columnas desde los cuatro extremos del país y el miércoles 17 llegarán a la Plaza de Mayo, donde permanecerán hasta el día siguiente cuando se dirigirán a Desarrollo Social.
En tanto, para la UTEP, la gota que rebalsó el vaso fue la escasez de alimentos para los comedores y la falta de respuestas. La situación los empujó a la decisión de confluir con la Unidad Piquetera el jueves 18 en Desarrollo Social, lo que, para su secretario General, Esteban «Gringo» Castro será «la movilización de movimientos populares más grande de los últimos 15 años».
En diálogo con Tiempo, Castro explicó que «no hay una valoración de nadie de la política sobre lo que estamos haciendo». En la conferencia de prensa del jueves pasado, cuando se anunció la marcha común, ya había señalado que «desde la oposición de derecha pero también de sectores que forman parte de este gobierno se plantea que la única salida es más ajuste con el FMI».
El titular de la UTEP se lamenta que «está avanzando una política de vigilantear a los pobres. Hace cuatro meses que dejó de llegar comida y tuvimos que cerrar comedores». Para Castro la confluencia tiene un sentido concreto: «Tenemos diferencias políticas pero gremialmente hacemos lo mismo».
El dirigente de la UTEP sabe que, dentro del peronismo, recibirá críticas por confluir con las organizaciones piqueteras vinculadas a la izquierda y el trotskismo. Sin embargo ratificó su decisión y retrucó: «No dan respuesta y, la verdad es que no recibimos la comida. De esa manera nos rompen la organización. Si te la rompen ahora, cuando gane la derecha, los que salimos somos nosotros. Es una funcionalidad a la derecha que después nos la terminan achacando a nosotros sin comprender que la organización es la que va a poner los cuerpos».
Para Castro «es una política. La obra pública está parada, a los comedores no les llega comida y hay menos de lo que había para los movimientos. Hay un ajuste».
En definitiva, «el peronismo estaba cimentado en la organización gremial y popular. Si no hacés eso, te sostenés en la organización financiera y empresaria. Ese es el problema, dónde te parás. No se están parando en la organización sindical o popular».
Eduardo «Chiquito» Belliboni, líder del Polo Obrero y la Unidad Piquetera, se mostró entusiasmado con la confluencia. Explicó a Tiempo que «las reivindicaciones están por delante de las diferencias políticas». Belliboni señaló que «hemos conformando una unidad de organizaciones sin precedentes contra el ajuste y el hambre de la que son responsables el gobierno y el Fondo Monetario, con el pacto firmado también por la oposición patronal de Juntos por el Cambio».
Belliboni señaló que «salimos a luchar en las calles que, desde la Unidad Piquetera, nunca abandonamos. Ahora se suman organizaciones del oficialismo que, sin embargo, no pueden dejar de ver el ajuste brutal que en el Ministerio de Desarrollo social aplica la ministra Tolosa Paz». «