El líder de La Fraternidad amenaza con medidas de fuerza en defensa de los terrenos del ferrocarril. Luego de la fractura de la CATT, se muestra lejano al gobierno.
Con otro de los históricos líderes del sector transporte, Roberto Fernández de la UTA decidieron no integrar esa lista y, a los pocos meses, refundaron la Unión General de Asociaciones de Trabajadores del Transporte (UGATT) fracturando en los hechos la confederación. Desde entonces se han mostrado muy activos e incluso confrontativos con el gobierno a partir de cuestionar varios aspecto de la política ferroviaria.
El 29 de marzo, de hecho, realizaron un paro de actividades en reclamo de la reactivación del ramal a Bahía Blanca suspendido por la justicia luego de un descarrilamiento, la denuncia de la compra fantasma de pasajes ferroviarios por parte de las empresas de ómnibus de larga distancia para neutralizar competencia y el usufructo y venta de terrenos ferroviarios por parte de gobiernos provinciales y municipales.
Ahora, emitieron un comunicado en el que aseguran estar dispuestos a tomar nuevas medidas si el gobierno no toma medidas en defensa de los terrenos ferroviarios que están dispersos por todo el país.
-¿De qué se trata este conflicto? ¿Es algo nuevo?
-El conflicto se da desde hace varios años después de que, en los noventa, se concesionaron las empresas y el gobierno nacional dejó de cuidar el patrimonio nacional y federal. Los intendentes y gobernadores de cada provincia se empezaron a querer adueñar los terrenos, las estaciones y los terrenos linderos. Se les daba a los ciudadanos comunes los terrenos y otros directamente los vendían. Pero el 40% de los trabajadores ferroviarios no tiene vivienda propia y los intendentes se adueñan de un territorio que es federal. Los órganos de control de los distintos gobiernos no se preocuparon y cedieron muchos terrenos. Esto significa que ya no va a haber ferrocarriles en el futuro o el Estado va a tener que recomprar los terrenos. Eso nos preocupa. La semana pasada quemaron una estación en el sudeste en Bahía Blanca. Va a quedar a la deriva y se van a ocupar las tierras. Queremos que, en todo caso, haya un plan de vivienda con un porcentaje para el municipio, otro para los ferroviarios y otro para otras personas que los necesitan.
-¿De qué superficie hablamos?
-Son millones de hectáreas. De 6 a 8 metros de cada lado de la vía. Solo el Belgrano recorre 13 provincias con 1300 km. Hay pueblos que los usan para plantación de soja, trigo y maíz y no pagan la renta de eso al Estado. Tenemos 25 mil km de vías que están rotos. Allí no puede correr un tren de pasajeros. Tienen durmientes de 1920.
– Cuando fue el paro a fin de marzo lo levantaron luego de una reunión con Alexis Guerrero, el ministro de Transporte. ¿Qué compromiso asumieron? ¿Cumplieron?
-El paro fue por la suspensión de un tren que había descarrillado y siguió funcionando. Pertenencia a Nación e iba sobre vías concesionadas que no fueron reparadas en tiempo y forma. Un tren a Bahía que demoraba 8 horas lo querían llevar a 16 horas. Pedimos que las arreglaran y acordamos que el tren volviera a funcionar pero no con la frecuencia anterior ni el horario acordado. Estamos tratando que se ajuste.
-¿Y sobre la denuncia a las empresas de ómnibus?
-Un pasaje a Tucumán sale $8500 pesos y en tren sale $500. Las empresas de ómnibus compran el pasaje a Rosario y ya ocupan el lugar para derivar la gente a su servicio.
-¿Por qué lo denuncian ahora justo después de la ruptura de la CATT?
-Siempre lo denunciamos. Alguien lo tiene que denunciar. Los sindicatos no están solo para discutir el salario y el convenio sino también para preservar las fuentes de trabajo y para que la industria donde trabajamos se engrandezca.
-¿No hay margen para actuar en común con los otros sindicatos del sector?
-Seguramente vamos a conversar cuando se discuta la ley federal de transporte donde tendremos que acordar políticas con la Unión Ferroviaria.
-¿Cuál es el motivo de la fractura?
-La UGATT es una asociación de trabajadores de transporte. No pensamos como la CATT. Tenemos otro modo de funcionamiento con el que queremos darle participación a todos los gremios. No queremos que dos o tres vivos tomen las decisiones. No creemos que siempre haya que decir que sí a las autoridades. Queremos que nos respeten.
-¿No influye la crisis del Frente de Todos y de la CGT también?
-No es el Frente de Todos sino el “Frente de Ellos”. Los trabajadores no fuimos convocados en las listas como corresponde. Queremos un plan económico estable y que haya fuentes de trabajo. Queremos que no haya inflación porque la inflación nos lleva a una devaluación. Los que gobiernan, para mí, no son peronistas. El justicialismo significa justicia social y acá no hay justicia social. Pero no nos tenemos que meter en esa pelea política porque eso hace que los trabajadores tiremos unos para un lado y otros para el otro. No es nuestra pelea porque nosotros desde el principio que no estamos adentro de este gobierno.
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