Convocada por la Federación Agraria (FAA), el conjunto de la patronal rural agrupada en la Mesa de Enlace se dará cita en el cruce de la ruta nacional 9 (la autopista Buenos Aires-Rosario) y la ruta provincial 90, cerca de la ciudad del acero de Villa Constitución, en el sur de Santa Fe.
La FAA emitió el viernes una proclama en la que, en términos vehementes, dice que sus representados están «hartos de las promesas incumplidas». Acusan al gobierno de no poner en práctica las medidas comprometidas para paliar los efectos económicos de la sequía.
Desde el gobierno, la voz cantante la llevó el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, quien el viernes se reunió con el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, y representantes de entidades agropecuarias para abordar «la situación de la producción santafesina en el marco de la Emergencia Agropecuaria», según el comunicado oficial.
Sin hacer referencia al acto del martes, Agricultura reprodujo palabras de Bahillo: «recibimos sugerencias y escuchamos aportes para mejorar las medidas y nos comprometimos a dar respuestas. La mejor actitud que podemos tener para resolver los problemas de los productores es en el marco del diálogo». El secretario hizo alusión, además, a «especulaciones partidarias».
Consultado por Tiempo, Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria, descartó un móvil partidario en el inicio de la campaña electoral. «No tenemos temor de que esto sea visto como algo político porque todos tienen la culpa. La posibilidad que siempre vieron es que se podían cobrar retenciones pero nunca comprometese y hacer algo con políticas públicas. Deberían ser más austeros. Siempre prometen cuando llegan las urnas, pero a la hora de la verdad, pocas veces cumplen. Eso provoca desazón y mucho malestar», esgrimió.
Sequía: ¿excusa o realidad?
Según Achetoni, la protesta -que seguiría luego con «nuevos pasos»- se cocinó ante la «desesperación» provocada por la sequía y los «compromisos incumplidos. En esta coyuntura, el gobierno es responsable por la bronca».
Achetoni subrayó que a pesar de las declaraciones de Bahillo y del ministro de Economía, Sergio Massa, las medidas paliativas de la sequía no llegan hasta los productores. «No llegan ni la refinanciación de pasivos ni el financiamiento con tasas bajas. La AFIP sigue reclamando pagos y los embargos de cuentas se suceden. Todo eso cuando los productores perdieron gran cantidad de producción y capital con la sequía».
Sebastián Campo es un pequeño productor de Pergamino. Fue presidente de la FAA de la ciudad y desde 2019 se opuso a los tractorazos. «No tenían legitimidad», asegura y los caracteriza como impulsados por cuestiones ideológicas o partidarias. Pero esta vez es distinto.
Tras sufrir «fuertes pérdidas» con los cuatro cultivos que hizo -sorgo, trigo, maíz y soja- y con sus 60 cabezas de ganado, asegura que la sequía «está pegando muy duro, sobre todo a los pequeños productores».
Campo observa que «seguramente hay sectores que están aprovechando la situación como caldo de cultivo para generar un clima, pero la verdad es que las medidas no llegan al productor. Algunas medidas quedaron sólo en anuncios y los productores tenemos que comenzar a incumplir».
A pesar del impacto de la sequía en Pergamino, como no se declaró la emergencia en ese distrito, los impuestos y los créditos hay que seguir pagándolos como siempre. Campo admite que en ese contexto, ha cambiado de parecer y llegó a pensar en ir a la protesta del martes: «en este caso estoy en duda», admite. «