La inflación no da tregua y el almanaque tampoco. Todavía se escuchan los ecos del mazazo que significó la suba del 6,7% en el índice de precios de marzo y el gobierno no puede asegurar de dónde sacará los recursos para el bono de emergencia a jubilados y monotributistas que anunció esta semana. Mientras tanto, ya se empiezan a barajar los primeros números sobre el comportamiento de los precios en abril. Y los datos no son buenos.
Los principales funcionarios del Ejecutivo ya salieron a reconocerlo y a abrir el paraguas. El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, dijo en un reportaje televisivo en Brotes Verdes que “esperamos que la inflación de abril sea menor a la de marzo, aunque todavía va a estar en un nivel alto, probablemente arriba del 4%”. Y explicó que hay un “efecto rezago” que se hará sentir: “Cuando hay un shock tan fuerte, tarda un tiempito en reducirse”.
Si bien faltan 10 días para el cierre del mes, las consultoras privadas ya arriesgan algunos números. Claudio Caprarulo, director de Analytica, dijo que “nosotros hicimos una estimación del 5% considerando todo abril. Eso incluye la inercia inflacionaria de marzo y al mismo tiempo el aumento de prepagas en un 6% y matriculas de los colegios privados».
Por supuesto que los alimentos siguen siendo uno de los motores principales de la tendencia alcista. La organización Consumidores Libres informó que su relevamiento, hecho sobre 21 bienes de la canasta básica alimentaria en supermercados y negocios barriales de la Ciudad de Buenos Aires, arrojó un alza de 2,87% en la primera quincena del mes. Entre otros se destacan fuertes ajustes en el precio del azúcar (aumentó 16,7% en esas dos semanas), la harina de trigo (12%), huevos (9,7%) y berenjenas (8,7%). “Desde el 1° de enero la suba acumulada es del 18,54 %”, informó el representante de la entidad, Héctor Polino.
El alza de los alimentos tiene una contrapartida en la caída del consumo: en marzo las ventas en supermercados y autoservicios cayeron un 3,7% contra el mismo mes de 2021, según la consultora Scentia. Su director, Osvaldo del Río, dijo que “para abril se espera que se profundice esa desaceleración en el consumo, no sólo producto de la inflación, sino porque la base de comparación del año pasado comienza a ser un poco mejor”.
El panorama es tan volátil que cualquier pronóstico a largo plazo corre el riesgo de errar por bastante. Sin ir más lejos, en su actualización del Panorama Económico Mundial dada a conocer esta semana, el Fondo Monetario Internacional tomó como válido el 48% para todo el año que el Ministerio de Economía prometió en su carta de intención.
Sin embargo, el Relevamiento de Expectativas de Mercado realizado por el Banco Central dio para 2022 un 59,2%, medido de punta a punta. Todavía más lejos se ubicó Andrés Asiain, director del CESO (Centro de Estudios Scalabrini Ortiz): «Si no se toman medidas la inflación puede tener un piso de 70% anual», anticipó.