El precio de la carne no para de subir y la semana de las Fiestas no fue la excepción. El kilo de asado se detuvo en torno de los $ 600, pero en los cortes más caros, el valor se fue arriba de $ 800 o $900, como en el caso del peceto y el cuadril. “Todas las semanas, desde octubre, tenemos aumentos en la media res”, le dice a Tiempo Alberto Williams, presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Ciudad de Buenos Aires (APC). Según la cuenta de Williams, la suba acumulada entre octubre y este mes es del 30%. Las carnicerías, aseguró, ya no pueden seguir aplicando esos aumentos a los precios del mostrador pero tampoco pueden seguir asumiendo la diferencia. La conclusión es que cada vez más carnicerías están cerrando.
Williams identifica una fuerte presión al alza de los precios del ganado en pie en el Mercado de Hacienda de Liniers desde hace tres meses. “Hablaban de que el precio estaba retrasado un 30 por ciento. Eso es lo que subió en todo este tiempo. Lo lograron”, reclama.
La suba paulatina del ganado en pie en Liniers se trasladó en igual forma al mostrador sin que los carniceros tuvieran posibilidades de negarse a recibir la mercadería más cara ya que la suba fue generalizada.
Causas
Detrás de los incrementos de la carne se encuentra la presión de los precios internacionales y de la demanda externa.
Respecto de los precios, los ganaderos se excusan diciendo que sus costos también subieron, especialmente el alimento para el ganado. Por caso, la tonelada de soja pasó en un año de U$S 300 a U$S 440. La oleaginosa es la base de los alimentos para el ganado vacuno y porcino.
Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra), enumera otras causas: retención del ganado por parte de los productores como mecanismo de reserva de valor, algo parecido a lo que hacen los productores de soja con los silobolsas y la búsqueda de alimentos alternativos a los granos caros, especialmente el más barato pasto, que hace que el engorde sea más lento.
Con todo, no se verifica que haya caído la entrada de ganado a Liniers. Este martes ingresaron 326 camiones que transportaban 11.751 animales.
Williams advierte: “Se habla de exportar, pero no de defender el consumo interno”. La demanda externa pesa acá porque disputa por algunos cortes con la demanda local y empuja para arriba a todos los precios. Y esto a pesar de que las exportaciones cayeron tanto en precio como en cantidad.
Respecto del programa de precios baratos para las Fiestas de tres cortes de carne, Williams observa que “se trata de la carne que los exportadores no pueden ubicar en el exterior porque s pesada”. En otras palabras, cualquier precio que reciban los exportadores por esos cortes será ganancia pura. Lo cierto es que “el programa no llegó a todas las carnicerías y en muchas ni se lo vio porque nadie quiso hacerse cargo de los costos logísticos”.
Mario Ravettino, presidente del consorcio ABC de exportadores de carne con el cual hizo un acuerdo el gobierno, le dijo a la agencia estatal de noticias Télam que antes del 4 de enero habrá una nueva reunión con los funcionarios de Comercio Interior, que dirige Paula Español, para “programar el acuerdo para el año próximo”, que sería “un poco más amplio (que el de las Fiestas) porque no van a ser sólo cortes de parrilla, sino que incluirá también algún corte de olla y alguna pulpa».
Lo cierto es que la suba de la carne acompaña a los incrementos del resto de los alimentos en un contexto de caída del poder adquisitivo en general, tanto de los asalariados privados como estatales, además de los trabajadores no registrados y los jubilados.