No son números. Son personas. Y son pibes. El 47,7 por ciento de los chicos (5,6 millones) viven en la pobreza en Argentina. El porcentaje equivale a 5, 6 millones de pibes de hasta 15 años. Y quienes más sufren la pobreza son los adolescentes, los que tienen una mamá al frente del hogar, padres desocupados o que apenas pudieron ir algunos años al colegio. El durísimo informe de la realidad social del país de hoy surge de un informe presentado hoy por Unicef.
En la pobreza extrema, es decir, en situación de vulnerabilidad alimentaria, hay 1,3 millones de menores de edad. Este año, Unicef toma sólo el ingreso que recibe cada familia para trazar el corte con el que define el mapa de la pobreza infantil, a diferencia de 2016 cuando presentó un estudio sobre la «pobreza multidimensional» que incluía otros aspectos como la nutrición o el acceso a la salud. Los resultados de aquel año mostraron que el 30 por ciento de los chicos eran pobres.
El informe logró demostrar además quiénes son los más vulnerables dentro de la pobreza infantil. Así, en el grupo de adolescentes que tienen entre 13 y 17 años, el índice de chicos pobres sube hasta 51 por ciento, mientras que en los hogares en que los padres están desocupados se dispara hasta el 84,8 por ciento.
El estudio fue realizado en base a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC del cuarto trimestre de 2016.