El Mundial de fútbol es tal vez el evento más convocante de todos y por cierto adquiere una relevancia central en nuestro país, que también se extiende a la política. A la luz del logro conseguido por el seleccionado argentino tan solo seis días atrás, me interesa realizar un par de comentarios, tanto sobre lo vivido como sobre las sensaciones y las repercusiones.
En los días previos a la gran final había señalado que la conformación del grupo estaba por encima de las individualidades, pese a que las individualidades existían. El resultado podía haber sido otro, aunque mi análisis sería el mismo.
El seleccionado funcionó, no fue un emprendimiento de personas por separado. Messi no dejó de ser Messi, pero como nunca se vio la esencia de lo colectivo. Hubo roles diferenciados y cada uno, jugadores y cuerpo técnico, aportó su grano de arena desde el lugar que le tocaba.
Lo conseguido cobra más relevancia todavía considerando el espíritu “amateur” con el que —sin dejar de lado el alto rendimiento— se manejaron los jugadores, y que reflejó un fuerte sentido de pertenencia y un gran compañerismo. Ello a su vez colaboró en la consecución del título. Más allá de los protagonismos, los objetivos comunes se pusieron por encima de todo y eso es una gran experiencia. En los términos que suelo utilizar al hablar de economía, no solo importaron los “qué” (levantar la Copa); también nos llenaron de orgullo los “cómo” de este equipo.
A pesar de la inmensa alegría, los promotores de la grieta no tuvieron descanso. Incluso llegaron a cuestionar el derecho a disfrutar y a expresarse en las calles. El expresidente Mauricio Macri, que estuvo durante todo el Mundial en Qatar y al cierre de esta columna se aprestaba a viajar al country Cumelén en Villa La Angostura, afirmó que el feriado fue “incoherente y antifederal”. Cuatro días después celebró el injusto fallo de la Corte Suprema favoreciendo a la CABA, pero que afecta recursos del Tesoro Nacional con impacto en las distintas provincias, como el financiamiento a las universidades, los subsidios al transporte en el interior del país, las obras públicas, la salud, y otros.
Por su parte, unas horas después de la obtención del título un medio concentrado afirmaba: “la Selección argentina y un mensaje que el Gobierno no quiere escuchar. El equipo de Scaloni es anti-grieta, tuvo un plan, apostó al esfuerzo y tuvo empatía con las necesidades de la gente. Por qué Messi es muy distinto a Cristina”. No deja de sorprender que se trate del mismo sector del periodismo que tras la definición por penales con los Países Bajos había tildado al capitán argentino de “hombre vulgar”, por reaccionar ante las provocaciones de los jugadores del equipo contrario.
En cuanto a la “valoración” que hacen del plan del Gobierno, ¿no son acaso estos sectores los que suelen hablar abiertamente en contra de la planificación y de las regulaciones? ¿No son también los que promueven las ideas de la meritocracia y del individualismo? Vuelvo a decir: lo individual es importante, pero ello tiene que estar puesto al servicio de lo colectivo, y no al revés.
Retornando a la nota citada, también se hizo referencia a los dichos del presidente, Alberto Fernández, sobre la importancia del “conjunto” y allí se pregunta: “¿cuántas decisiones y convocatorias a la oposición o a los que piensan distinto han hecho Fernández y Cristina Kirchner para jugar en equipo por el país? Cero”.
Juntos por el Cambio habla repetidamente de lograr consensos, pero ¿qué significa para ellos el consenso? Lograr que se traten los temas que ellos proponen, así como vetar aquellos en los cuales no están de acuerdo: una actitud antidemocrática. El comunicado de JxC del miércoles pasado, intentando justificar la determinación de sus diputadas y diputados nacionales de no sentarse en sus bancas a debatir, fue claro. Cito: “decidieron (el oficialismo) de forma inconsulta ampliar el temario incluyendo la ley de alquileres intentando una nueva trampa, ya que el dictamen de mayoría es de ellos”. Por algo es dictamen de mayoría, la Cámara tiene la composición que votó la ciudadanía. No hay trampa alguna, sólo las posverdades que crea JxC. Con estas conductas es casi imposible dialogar.
Indicadores económicos
La actividad económica registrada a partir del EMAE (Estimador Mensual de la Actividad Económica) que publica el Indec mostró un avance del 4,5% interanual en octubre y una leve baja mensual: -0,3% con respecto a septiembre. Quedando sólo dos meses para cerrar el año (noviembre y diciembre) la actividad acumula un crecimiento del 6,1%, y además continúa siendo el mejor año de la serie, que comienza en 2004.
El Comercio mayorista y minorista fue el que mayor incidencia interanual positiva tuvo en octubre (+5,3%), seguido por la Industria manufacturera (+3,8%) y Transporte y comunicaciones (6,1%). También cabe destacar que de los 16 sectores que componen el EMAE, 13 tuvieron alzas interanuales en ese mes, lo cual significa que el crecimiento es prácticamente generalizado.
Respecto a la actividad industrial, la UIA acaba de informar que en los primeros diez meses del año ésta creció un 7,8%. Además, señaló que 10 de los 12 sectores relevados tuvieron subas interanuales en el mes.
Los mayores niveles de producción tienen su reflejo en materia laboral. La tasa de desocupación durante el tercer trimestre del año fue del 7,1% y descendió en más de 1 punto porcentual con respecto a igual periodo del año pasado. Más aún, constituye el menor registro para igual periodo desde el año 2015 cuando había llegado al histórico 5,9%. Por su parte, la tasa de empleo, es decir, la cantidad de trabajadores ocupados con respecto a la población total alcanzó el 44,2%, el mayor valor desde el inicio de la serie en el año 2003, logrando llegar a casi 13 millones de trabajadores ocupados en los 31 aglomerados urbanos que calcula el INDEC (518 mil empleos más que un año atrás).
Además de la mejora en los datos de empleo, es importante no perder de vista los ingresos de los trabajadores. En el caso de los registrados del sector privado, la variación real interanual acumulada hasta septiembre fue del +0,6%, mientras que el segmento de los privados no registrados tuvo una caída del 6,7% en el mismo lapso.
En este contexto, es fundamental seguir avanzando con las políticas que permitan mantener el dinamismo de la actividad, del empleo y recuperar el poder adquisitivo que se ha perdido con la inflación, que mostró una importante desaceleración en el mes de noviembre. La inflación siempre preocupa y hay que seguir reduciéndola sin recurrir a las políticas de shock que ciertos sectores pregonan.
Aunque hay grandes desafíos, la recomposición que se ha venido observando en las variables de la macroeconomía no se puede ocultar, de la misma forma que tampoco se pueden acallar los festejos ni la mejora en el humor social que generó la obtención del título mundial. En ese marco, el fomento de la grieta y la instalación de la idea de que “todo está mal”, forman parte de una estrategia que sigue una oposición que no quiere, sin reparar en los costos, que sus aspiraciones electorales se vean erosionadas.