Algunos sectores de la actividad local parecieron recuperar la calma a última hora del miércoles cuando el FMI declaró «insostenible» la deuda que contrajo el gobierno de Mauricio Macri. Entre ellos se encuentran sectores del empresariado preocupados por las prioridades y los tiempos de la política económica.
En los primeros días de la semana los ambientes que escucharon promesas de campaña, por ejemplo, sobre el proyecto hidrocarburífero de Vaca Muerta, en Neuquén, o sobre la Ley de Economía del Conocimiento, dejaron saber su inquietud a través de notas en matutinos.
Sin embargo, para el cierre de la semana el gobierno no sólo había cosechado el gesto que esperaba del FMI sino que, además, se había anotado varios gestos de buena voluntad por parte de dirigentes del empresariado.
Esos gestos partieron de la dirigencia que siempre apoyó la candidatura del Alberto Fernández, como la Unión Industrial Argentina (UIA) y vastos sectores de la dirigencia pyme, pero también se destacaron gestos de otros que en la campaña electoral jugaron un papel más cercano a la propuesta del macrismo, como la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y el Consejo Interamericano de la Producción y el Comercio (Cicyp).
El martes por la noche en una entrevista en el canal C5N el industrial automotriz Cristiano Rattazzi le puso la cara a la preocupación que los diarios publicaron previamente off the record. El empresario planteó que el gobierno nacional «por ahora habla solamente de la deuda pero no de reactivar la industria».
Rattazzi puso en duda las prioridades del gobierno en materia económica. De hecho, volvió a defender la gestión de Cambiemos en la materia pese a todos los datos negativos. Pero el dirigente que también se sienta a la mesa chica de AEA y que es reconocido por su habilidad incendiaria a la hora de las declaraciones no se la jugó abiertamente por un pronóstico negativo de la economía.
El mismo día, en diálogo con el Financial Times, otro hombre de AEA, el inmobiliario Eduardo Elsztain, tomó distancia de las dudas que circularon y planteó una mirada positiva a futuro cuando remarcó que después de las crisis anteriores el país se recuperó económicamente.
El jueves, un día después de la declaración del FMI, el presidente participó de una inauguración del Grupo Insud en el partido bonaerense de Escobar, junto al empresario Hugo Sigman, titular de la empresa y también hombre de AEA. Con la noticia del aval del FMI todavía en caliente, Fernández aprovechó el acto para enviar un mensaje de confianza en el futuro económico del país.
Los gestos de aproximación se completaron el mismo día cuando el Cicyp confirmó que su primer almuerzo político del año será con el titular de Ejecutivo el 4 de marzo en el Hotel Alvear.
Ensayo
También el jueves, el Gabinete económico aprovechó el ambiente para convocar a empresarios y sindicalistas a un encuentro del Consejo Económico y Social en la Casa de Gobierno.
La versión oficial destacó la reunión como un «ensayo» del instrumento que fue uno de los ejes de la campaña electoral que consagró al Frente de Todos el año pasado.
Después de esa reunión el titular de la UIA, el aceitero Miguel Acevedo tomó distancia de los rumores cuando declaró que «el gobierno sabe que hay que recuperar la actividad industrial pero la base para que empiece a generarse el círculo virtuoso es que haya más consumo». Y agregó: «Lo que dijo el FMI (el miércoles) es el puntapié inicial para llegar a una solución de la deuda».
Mercantiles y sensibles
Otros acercamientos a empresarios estuvieron a cargo del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, el martes con la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y el miércoles con las pymes de la Confederación General Empresaria de la Argentina (CGERA). En ambas reuniones las empresas volvieron a la carga con sus respectivas agendas de «temas prioritarios» y el titular de la cartera productiva repitió el compromiso del gobierno con la recuperación del mercado interno y con la búsqueda de nuevos destinos para la producción nacional. «