La pandemia hará que la economía argentina caiga este año más de lo previsto, aunque la recuperación en 2021 será más vigorosa. Así lo señala el Fondo Monetario Internacional en su actualización sobre las Perspectivas de la Economía Mundial (WEO, por sus siglas en inglés), dada a conocer este martes en Washington bajo el título “Un largo, desigual e incierto camino cuesta arriba”.
Según el estudio, el PBI local se contraerá 11,8% en 2020. El pronóstico es más pesimista que en los informes de los trimestres anteriores (en abril habían estimado que la baja sería del 5,7% y en junio la corrigieron a 9,9%), aunque por lógica consecuencia el rebote esperado para el año próximo también será mayor que el anunciado en los dos estudios previos: ahora fue elevado a 4,9%.
Los números coinciden, en rasgos generales, con los que estimó el gobierno para la confección del Presupuesto 2021. Allí se incluyó una baja de 12,1% para este año y una recuperación de 5,5% para el próximo.
El documento del Fondo señala que la caída de la actividad en todo el mundo promediará 4,4%. Será algo más leve de lo que se estimaba a mediados de año, pero aun así profunda. “La revisión se debe a las cifras alcanzadas por el PBI en el segundo trimestre en economías avanzadas grandes, que no fueron tan negativas como lo habíamos proyectado”, dice el texto que fue presentado por la economista Gina Gopinath, directora del Departamento de Estudios del organismo. En cambio, “las perspectivas han empeorado significativamente en algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo donde las infecciones crecen con rapidez”.
En otros países latinoamericanos, la caída también será profunda, sobre todo en Venezuela (-25%) y Perú (-13,9%). Los países vecinos sufrirán menos que Argentina. Se estima que la baja en Uruguay será de 4,5%, en Brasil de 5,8% y en Chile de 6%. “La incertidumbre en torno a la proyección de base es inusitadamente aguda. El pronóstico se basa en factores económicos y de salud pública que son inherentemente difíciles de predecir. El riesgo de que los niveles de crecimiento resulten peores de lo proyectado sigue siendo considerable”, se explicó.
A pesar de los valores negativos, el Fondo considera que el panorama podría ser mucho más grave “de no haber sido por las respuestas sustanciales, rápidas y sin precedentes desplegadas en el terreno fiscal, monetario y regulatorio, que mantuvieron el ingreso disponible de los hogares, protegieron los flujos de efectivo de las empresas y apuntalaron el suministro de crédito”. En Argentina, las principales medidas en ese sentido incluyeron el Ingreso Familiar de Emergencia, créditos subsidiados para monotributistas y Pymes, la exención de contribuciones patronales y la ayuda a empresas para pagar buena parte de los salarios de su personal.
El informe supone que recién “para fines de 2022, la transmisión local del virus habrá disminuido a niveles bajos en todas partes”. El saldo económico será a todas luces dramático. “La pandemia borrará el progreso realizado desde la década de 1990 hacia la reducción de la pobreza mundial y agudizará la desigualdad. Las personas que dependen de un salario laboral diario y no gozan de la protección de una red de seguridad formal quedaron expuestas a pérdidas repentinas del ingreso cuando se impusieron las restricciones a la movilidad. Este año, casi 90 millones de personas podrían caer por debajo del umbral de privación extrema de 1,90 dólares al día. Además, el cierre de las escuelas durante la pandemia plantea un nuevo reto significativo que podría constituir un grave revés para la acumulación de capital humano”, prevé el FMI.