El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial pidieron públicamente a organismos internacionales y acreedores privados que congelen el cobro de sus deudas a los países más pobres y los ayuden a tener más liquidez para combatir la pandemia de coronavirus. El llamamiento está destinado a favorecer a un conjunto de 75 países en donde se concentran dos tercios de la población mundial en extrema pobreza.
«El Banco Mundial y el FMI creen que es imperativo en este momento dar un sentido global de alivio a los países en desarrollo así como una fuerte señal a los mercados financieros», indicaron en un comunicado conjunto. Este respiro permitiría analizar la situación y necesidades de cada país, destacaron las dos instituciones.
El pedido apunta a las naciones que califican para recibir préstamos de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), que funciona dentro de la órbita del Banco Mundial. Se trata de países con ingreso per cápita por debajo de los 1.175 dólares o que, aun por encima de ese umbral, no tienen la capacidad crediticia para recibir préstamos del BM. La mayoría de ellos pertenecen al continente africano o a la región de Asia insular. Entre los americanos sólo figuran Haití, Nicaragua, Honduras y Guyana, más las islas caribeñas independientes de Dominica, San Vicente, Granada y Santa Lucía.
En un principio, la sugerencia fue formulada por el presidente del Banco Mundial, David Malpass, a los países del G-20. Luego fue extendida a todos los acreedores bilaterales. De la misma manera, ambos organismos se ofrecieron a realizar una evaluación de ese grupo de países para hacer la lista de los que tienen una deuda insostenible y trabajar en una reestructuración de sus pasivos.