El jueves, el Consejo Directivo de la CGT formalizó la convocatoria al paro de 24 horas para el próximo martes que había sido anunciado en el plenario de secretarios generales del pasado 29 de agosto. Será sin movilización ni acciones de ningún tipo, tal como lo estableció el triunvirato que conduce la central.
Se descuenta que el país, por segunda vez en lo que va del año, quedará inmovilizado por al menos 24 horas. Es que la grave situación social que se ha creado a partir de la disparada del dólar y la inflación, la pérdida del poder adquisitivo y los cierres de empresas y despidos, así como los pronósticos ciertos de que el cuadro irá empeorando y el plan de ajuste contenido en el proyecto de ley de Presupuesto que ha sido presentado al Congreso, auguran una adhesión masiva a la medida. La decisión de gremios estratégicos como los sindicatos del transporte, que en su totalidad ya confirmaron su adhesión, terminará de consagrar la paralización absoluta de las actividades.
A la medida adherirán los más de 200 sindicatos confederados en la CGT, incluyendo los agrupados en el Movimiento de Acción Sindical Argentina que reúne a los trabajadores telefónicos, la Unión Ferroviaria y los peones de taxis, entre otros. Además participarán los sindicatos enrolados en las CTA que sumarán otras 12 horas a la medida. Se trata de los docentes de todos los niveles, los empleados públicos, los Metrodelegados y uno de los gremios aeronáuticos.
En rigor, no existe organización sindical de la Argentina que haya manifestado no participar de la huelga. El reclamo formal de la central es un cambio de orientación en la política económica del gobierno. Sin embargo, en la síntesis del proyecto de ley del Presupuesto 2019, el Ejecutivo explicita que «los shocks de 2018 (…) no nos apartarán del rumbo elegido». Pese a esa contradicción, no se ha formulado un rumbo de continuidad.
El carácter activo de la medida estará dado el martes por los piquetes que el sindicalismo combativo y la CTA-Autónoma de Ricardo Peidró realizarán, cada uno por su cuenta, en los principales accesos a la Ciudad de Buenos Aires y en diversos puntos del país. Además, el día antes llegará a la Plaza de Mayo una movilización como parte del paro de 36 horas que estableció la CTA de los Trabajadores conducida por Hugo Yasky, a la que adhirieron los movimiento sociales y los sindicatos de la CGT enrolados en el nuevo Frente Sindical para el Modelo Nacional. El agrupamiento que se lanzó el jueves pasado en un acto en el microestadio de Ferro está integrado por los sindicatos de la Corriente Federal de los Trabajadores, como la Asociación Bancaria de Sergio Palazzo, la Federación Gráfica de Héctor Amichetti y otros de peso como el Camionero liderado por Pablo Moyano, el SMATA de Ricardo Pignanelli y varias seccionales de la Unión Obrera Metalúrgica que marcharán ese día pero sin cese de tareas. La CTA Autónoma liderada por Ricardo Peidró y Hugo «Cachorro» Godoy no marchará a la Plaza de Mayo, pero anunció un acto propio a las 12 en Puente Pueyrredón.
El acto oficial comenzará a las 15:30. En el escenario se montará un palco para unos 30 dirigentes sindicales y de los movimientos sociales. En un costado se instalará un sector con sillas reservadas para representantes de organismos de Derechos Humanos, diputados y partidos políticos. La consigna que presidirá el acto será la de «unidad de los trabajadores contra el ajuste», que también exhibirá la bandera de arrastre que encabezará las columnas de la marcha. Los discursos estarán a cargo de Hugo Yasky, Pablo Micheli y un referente del Frente Sindical aún no definido pero que, según pudo saber este diario, podría ser Pablo Moyano. Un destacado referente de la Corriente Federal explicó a Tiempo que «no ponemos como condición hablar para adherir. Seguramente ellos adhieran a nuestra convocatoria del 20 de octubre a marchar a Luján y a la movilización contra el Presupuesto. El compromiso con ellos va más allá de la coyuntura. Se está trabajando en una unidad que permita superar estas circunstancias».
Desde las 13, las columnas se concentrarán en distintos puntos. En Avenida de Mayo y 9 de Julio lo harán los sindicatos de las CTA que ingresarán por el centro de la plaza. Por avenida Belgrano y Diagonal Sur ingresarán los gremios de la CGT agrupados en el Frente Sindical y el triunvirato de movimientos sociales compuesto por la CTEP, CCC y Barrios de Pie.
Los sindicatos del Plenario del Sindicalismo Combativo y liderados por el Sindicato Único del Neumático (SUTNA) de Alejandro Crespo, la seccional Haedo de la Unión Ferroviaria de Rubén «Pollo» Sobrero, la AGD-UBA de Ileana Celotto y los médicos bonaerenses de la CICOP, definieron participar del paro de 36 horas y de la movilización a Plaza de Mayo pero a través de una columna independiente que partirá desde el Obelisco e ingresará por Diagonal Norte. La delimitación de este sector parte de considerar que el espacio convocante busca desplazar al gobierno recién en las elecciones de 2019. Por eso reclaman «un plan de lucha hasta derrotarlos», y organizarán un acto propio al finalizar el oficial, además de los piquetes el martes desde las 7 de la mañana.
Sin dudas serán dos jornadas que pondrán sobre la mesa la bronca y voluntad de lucha contra el ajuste del gobierno y el FMI que anida en el interior de la clase obrera. La continuidad y efectividad de las mismas dependerá del desborde que puedan sufrir las conducciones que ya han dado muestras de sus vacilaciones y de su tendencia a la conciliación con el gobierno. «