El gobierno inició el proceso administrativo para depositar en las cuentas de los tenedores de bonos en moneda extranjera un total de U$S 154 millones. El monto corresponde a los intereses corridos desde el 4 de septiembre pasado, cuando se concretó el canje de títulos, al 9 de julio, fecha de la primera liquidación.
La obligación se irá repitiendo semestralmente, aunque el tipo de interés (que para este período será excepcionalmente bajo, de 0,125% anual) se irá incrementando paulatinamente, debido a la característica “step-up” con que se emitieron estos bonos. El año que viene, por ejemplo, la Secretaría de Finanzas ya tiene previstos pagos por U$S 693 millones para enero y julio.
Aunque no se trata de un monto significativo en el total de la deuda pública argentina, ni compromete las reservas internacionales, es una operación cargada de simbolismo. Se trata del primer pago que se realiza desde la reestructuración.
Y es también una señal de que el tiempo ha empezado a correr, porque ya pasó el primero de los cuatro años de gracia obtenidos para la devolución del capital y todavía no hay una señal que permita vislumbrar los avances significativos que se esperaba conseguir en ese lapso, antes de que los pagos se hagan mucho más onerosos. Esto es, no hubo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la pandemia continúa, la recuperación económica se ve con cuentagotas, el riesgo país sigue en niveles elevadísimos y el regreso a los mercados internacionales de deuda todavía está muy lejos.
Meses difíciles
No será el único pago en divisas que deba efectuar el gobierno en las próximas semanas. Según el punteo realizado por la Oficina de Presupuesto del Congreso, en julio hay pagos previstos a organismos bilaterales por U$S 349 millones, a los que se agregan los U$S 215 millones del primer pago parcial al Club de París, previsto para fin de mes. Para agosto, en tanto, se contabilizan U$S 345 millones en concepto de intereses al FMI, antes del primer pago de capital a ese organismo, fijado para septiembre por U$S 1.880 millones (si es que no hay un acuerdo previo de refinanciación).
En paralelo, la Secretaría de Finanzas sigue armando licitaciones de títulos para cubrir la deuda en moneda local, en la que surgen compromisos por dos billones de pesos hasta fines de año. El último martes se realizó el primero de los tres llamados previstos para este mes. Allí se colocaron letras a tasas fijas, variables y ajustadas por el índice CER que permitieron recaudar $ 46 mil millones, más del doble de lo que se buscaba obtener. Sin embargo, en el camino quedaron ofertas por $ 34 mil millones que fueron rechazadas porque los inversores pretendían tasas más altas que la gama del 39-40% anual que fue convalidada, señal de que el mercado busca rendimientos más acordes con la inflación como requisito para seguir financiando al Tesoro.