El debate sobre la brecha cambiaria y el nivel de reservas líquidas con que cuenta el Banco Central se reavivó este martes. El primer día hábil de septiembre estimuló la demanda de los particulares, que se apuraron a adquirir los 200 dólares mensuales que autoriza el BCRA. Por las redes sociales circularon testimonios sobre bancos que no podían cumplir con los pedidos. Más tarde se supo que los problemas informáticos se debieron a una actualización de último momento realizada por el Banco Central, que retiró del sistema a unas 15 mil cuentas cuyos titulares fueron inhabilitados el mes pasado, luego de que se comprobara que habían usado (o habían servido como) testaferros para realizar varias operaciones y quebrar el límite autorizado.

La idea de restringir aún más la operación parece casi descartada por su alto costo político. En cambio, gana terreno la posible intervención del Banco Central de una manera distinta a la habitual, vendiendo bonos en lugar de divisas. Esto permitiría reducir el mercado de los tipos de cambio contado con liquidación o MEP, que permiten conseguir billetes a partir de la compra y venta de bonos que cotizan en moneda extranjera. Para ello, la entidad podría usar los papeles que recibirá en los próximos días, luego de que el directorio aprobara ingresar al tramo local del canje de deuda propuesto por el gobierno: aportará los títulos en su cartera, recibidos a cambio de adelantos de utilidades al Tesoro, y recibirá a cambio instrumentos en dólares que tendrán mucha mayor liquidez.

La iniciativa no le saldría gratis al Central, ya que podría tener que vender los bonos por debajo de su valor nominal. Sin embargo, sería un camino para reducir la gran demanda minorista, que le costó sacrificar en julio U$S 740 millones y que en agosto habría significado una sangría aún mayor.

Sucede que la altísima brecha cambiaria alimenta el interés del público por llevarse dólares al precio oficial. En números redondos, quien compra el dólar minorista a $ 78 lo termina pagando a $ 102 (por aplicación del impuesto PAIS) pero puede revenderlo a más de $ 130 en el mercado paralelo. Esta modalidad, conocida como puré, permite a cualquier individuo hacer una ganancia de $ 5.600 por mes. En el gobierno creen que el valor del dólar blue está inflado por el CCL y el MEP, al que toman como referencia.

La venta de bonos tiene más consenso en las autoridades que achicar o eliminar el cupo mensual autorizado para las personas físicas. Esa iniciativa, que llegó a ser considerada en el más alto nivel, perdió fuerza por la pésima señal que constituiría para el público y los mercados. El presidente del Central, Miguel Pesce (a quien se sindicaba como impulsor de la idea), la descartó, al menos por ahora. “Lo que esperamos es una mejora en las expectativas. Si ello se produce, no encontraríamos razón para tener que establecer mayores restricciones en el mercado cambiario”, dijo.

Emmanuel Alvarez Agis, ex viceministro de Economía, salió a respaldar el recurso de la venta de bonos. En una entrevista concedida a C5N, opinó que “si se prohíbe el dólar ahorro, el blue se va a ir por las nubes y vamos a desatar una corrida bancaria; perderemos más reservas por caída de depósitos que lo que nos ahorraríamos por no vender 200 dólares por persona”. El economista insistió en que “el Central tiene que vender bonos para que el dólar paralelo converja con el oficial, y no al revés. Y luego, tener la inteligencia para ofrecer algunas opciones más sofisticadas y más atractivas que un depósito a tasa fija. Por ejemplo, un plazo fijo atado a la inflación, que ya se está empezando a ofrecer, o atado al dólar, con lo cual no hay que devolver billetes verdes pero se preserva el valor de la colocación”.

La situación apremia porque el Banco Central sigue perdiendo reservas: el lunes cayeron a U$S 42.701 millones. Además, en los últimos días sus operaciones en el mercado mayorista, donde se realizan las operaciones vinculadas al comercio exterior y pagos de deudas, vienen arrojando resultado negativo. Como buena parte de esos fondos son indisponibles (los depósitos de ahorristas en entidades financieras y el swap con el Banco Popular de China, por ejemplo), los analistas creen que en realidad la entidad cuenta con apenas entre ocho y diez mil millones de dólares para atender demanda por importaciones, atesoramiento y pagos de deuda pública.

El gobierno también juega algunos boletos al mejoramiento de las expectativas a medida que desaparecen las incertidumbres de los últimos meses. El ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo que la concreción del canje de deuda con acreedores privados “es un paso absolutamente fundamental en el camino de tranquilizar la economía” y que la presentación del Presupuesto, que debe ser enviado al Congreso en dos semanas, entregará mayores certezas.