Los volúmenes de ventas en supermercados y centros de compras crecieron por debajo de la inflación en 2017, de acuerdo a los datos que dio a conocer este martes el Indec. Las cifras, acompañadas de otros detalles que surgen de los informes técnicos difundidos por el organismo, pueden interpretarse como una nítida retracción de la demanda durante el año que pasó.
Durante diciembre, la facturación de los súper resultó 20% más alta que la del mismo mes de 2016, mientras que el acumulado anual resultó 20,5% más elevado. Teniendo en cuenta que los precios al consumidor subieron un 24,8%, en términos reales el dinero gastado por los clientes de esos establecimientos en 2017 fue 3,4% menos que en el año anterior.
Sin embargo, el Indec no se quedó conforme con ese abordaje y agregó otra que evalúa las ventas a precios constantes, separándolas por grupo de artículos y llevándolas a los valores que los mismos tenían en abril de 2016. Con esa técnica de medición, la facturación de diciembre no tuvo variantes con relación a la del mismo mes de 2016. Esto sugiere que el conjunto de los 2.446 supermercados relevados tuvo que absorber una parte del aumento de precios para poder vender la misma cantidad de artículos. El ajuste se notó en el empleo generado por el sector: el personal ocupado cayó 3,4% de un año a otro.
En tanto, los shoppings y centros de compras cerraron 2017 con una suba de facturación de 16,2%, bastante magra en relación a la inflación anual, ya que supone una pérdida en términos reales de 6,9%. Sin embargo, a precios constantes, diciembre mostró una mejoría en los niveles de ventas de 4,4%, lo que les permitió a ese tipo de comercios, con una mayor parte de su público ubicado entre la clase alta y media alta, pasar un fin de año más desahogado y con mejores perspectivas.