La presidenta del Banco de la Nación Argentina (BNA), Silvina Batakis, rechazó la propuesta de pago de Vicentin y aseguró que la entidad estatal no la aceptará.
Vicentin entró en default en diciembre de 2019, en la previa de la entrega de la Presidencia de la Nación por parte de Mauricio Macri (Cambiemos) a su sucesor Alberto Fernández (Frente de Todos). En febrero de 2020 se declaró abierto el concurso de acreedores en el Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial 4, en lo Civil y Comercial de la Segunda Nominación, de Reconquista, Santa Fe, a cargo de Fabián Lorenzini.
Tres años después, Lorenzini está a punto de aprobar una propuesta de pago que implica una enorme pérdida para el Banco nación, el principal acreedor por lejos de Vicentin.
En una entrevista con la agencia estatal de noticias Telam, Batakis recordó este lunes que «en la gestión anterior solamente se otorgaban créditos grandes, como pudo haber sido Vicentin, que fue una de las peores estafas en la historia del Banco Nación y también una estafa a la población».
«Ahora, que estamos todavía en el proceso legal, una de las ofertas, la mejor que le hacen al banco, es devolverle el dinero en 56 años sin intereses, o sea, una nueva estafa. No vamos a aceptarla, por supuesto», afirmó.
Antecedentes
El Banco Nación otorgó a Vicentin créditos para prefinanciar exportaciones desde 2003. El volumen de la deuda que Vicentin fue acumulando fue creciendo con el paso del tiempo, en relación con el propio crecimiento de la empresa pero también excedió ese parámetro.
En 2015, el stock de deuda acumulada por prefinanciación de exportaciones sumaba U$S 150 millones. En los cuatro años siguientes se duplicó, hasta U$S 310 millones. Vicentin metió en su default y concurso de acreedores una deuda de U$S 300,1 millones con el Banco Nación.
El dato que siempre llamó la atención es que, de los $ 18.182 millones que el BNA le reclama a Vicentin (equivalentes a U$S 300,1 millones a un tipo de cambio de $ 60,58 por dólar fijado por el juez Lorenzini), $ 6391 millones se generaron a través de 28 préstamos concedidos en sólo 18 días de noviembre de 2019, entre el 8 y el 26 de ese mes.
Al momento de la cesión de esos créditos, el Banco Nación catalogaba a Vicentin como un deudor “Nivel 4” que significa que es de «riesgo alto» por «atraso en el pago de más de 180 días hasta un año», según las normas de la entidad estatal.
Por si fuera poco, con esos créditos acumulados rápidamente, Vicentin pasó a tener más del 15% del stock total de préstamos del BNA, algo que está prohibido por su reglamentación interna.
Y, además, las autoridades del BNA permitieron que Vicentin retirara los fondos que se depositaban en las cuentas de Vicentin en el banco estatal y que constituían la garantía en caso de impago de los préstamos. Según las investigaciones de la comisión especial de seguimiento de Vicentin, por allí pasaron casi U$S 800 millones poco antes de que entrara en default.
Para investigar estas decisiones se abrió una causa en el juzgado federal que conduce Julián Ercolini y que tiene en la mira al ex presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, y a Lucas Llach, su vice durante el año 2019.
Hasta ahora, esa causa ha tenido pocos avances.