El Consejo del Salario Mínimo Vital y móvil que se reunió hoy de manera virtual estableció una mejora del 34% en tres cuotas a percibirse en los meses de julio, agosto y septiembre cuando llegará hasta los $118.000.
El organismo presidido por la ministra de Trabajo Raquel “Kelly” Olmos aprobó el entendimiento con 30 votos favorables, una abstención de Hugo Yasky, representante de la CTA de los Trabajadores y un voto negativo de Hugo Godoy de la CTA Autónoma.
En forma favorable se manifestaron los catorce representantes de la CGT incluidos los tres secretarios generales y los 16 dirigentes de las entidades patronales, entre ellas la UIA, la Sociedad Rural Argentina, la CAME y la Asociación de Bancos ADEBA, entre otras.
Expectativas
Con el incremento del 34% en un trimestre se espera una recuperación en términos reales del haber mínimo y de los beneficios del Potenciar Trabajo que corresponden a un 50% del mismo.
Es que, según las proyecciones que surgen del Relevamiento de Expectativas del Mercado que difunde el REM, la inflación en el mes de julio será del 7,6%, la de agosto del 7,5% y la de septiembre del 7,8% totalizando una inflación del 24,7% en ese período.
Si se cumplieran esos pronósticos el haber en septiembre quedará empatado con la suba de precios interanual.
Sin embargo, si se comparara el haber mínimo que se alcanzará en septiembre con relación a la evolución de la canasta básica alimentaria que afecta especialmente a ese segmento de trabajadores y si a la misma se le aplicara la inflación proyectada por el REM para esos meses resulta que, desde diciembre de 2019 cuando asumió el actual gobierno, se producirá una caída en términos reales del 16,8%.
Es cierto que en junio, como en general no ocurre, los pronósticos del REM sobre estimaron la suba de precios marcando una mediana de 7,3% cuando la inflación oficial, finalmente, llegó al 6% y, además, los alimentos lo hicieron en un 4,1%. Si el gobierno lograra fijar ese valor del 6% para los próximos tres meses, entonces la pérdida del poder adquisitivo desde diciembre de 2019 llegaría al 12,8%.
Un cálculo aún más optimista que implique aplicar el 4,1% en alimentos a la evolución de la CBA para los meses de junio a septiembre tampoco evitaría la caída en términos reales del haber pero sería del 6,3%. En ese caso, en agosto, y por primera vez desde noviembre de 2021, el salario mínimo volvería a superar el valor de la canasta básica alimentaria que mide el nivel de la indigencia.
Los motivos de las CTA
A la hora de los argumentos para su abstención, la CTA de los Trabajadores presentó un escrito al ministerio de Trabajo que pidió fuera adjuntado al acta y al que pudo acceder Tiempo Argentino. Allí, señalan que “durante el gobierno de Mauricio Macri, cuyas consecuencias económicas y sociales fueron devastadoras para la clase trabajadora, el salario mínimo, vital y móvil perdió una cuarta parte de su capacidad de compra”.
A la vez, continúan, “a partir del año 2020, el salario mínimo, vital y móvil cayó otros diez (10) puntos adicionales, en el marco de la grave crisis económica causada por la situación de pandemia” y representa hoy “el treinta y ocho por ciento (38%) de la canasta básica total (que mide la línea de pobreza), y sólo el ochenta y cuatro por ciento (84%) de la canasta básica alimentaria (que mide la línea de indigencia), para una “familia tipo”.
La CTA-T señaló que “para recuperar al menos lo perdido durante la pandemia era necesario para el mes de julio de 2023 obtener un aumento del veinticuatro por ciento (24%), ubicándolo en $109.000.- y para el trimestre no menos del cuarenta por ciento (40%)”, por eso, aseguraron, “no habiendo obtenido una propuesta que satisfaga esa petición, nos vemos en la obligación de abstenernos en la votación mencionada”.
Del lado de la CTA Autónoma, manifestaron mediante un comunicado que plantearon “nuevamente la necesidad de que el consejo establezca una canasta básica de referencia tal como lo plantea la ley”. Para Godoy hubiera sido necesario “un salario que permita acceso al alimento, educación y vivienda, debería ser de 233 mil pesos, lo cual implica un 170% superior al de hoy. Quizá no podamos hacerlo de una sola vez, pero debemos avanzar en esa dirección”. En su propuesta formal, la CTA-A reclamó establecer un aumento de una sola cuota del 55% para los próximos 3 meses, sobre la base del salario de junio. Finalmente explicaron que “rechazamos este acuerdo porque no contiene en absoluto nuestras propuestas”.