La vicepresidenta Cristina Fernández fue la única oradora del acto que se realizó en la Plaza de Mayo en conmemoración del 25 de mayo y de los 20 años de la asunción del presidente Néstor Kirchner. El escenario, repleto de dirigentes del peronismo, tuvo en primera fila a Sergio Massa, Eduardo «Wado» de Pedro y Axel Kicillof». Buena parte de su discurso recorrió la situación económica actual en contraste con el período 2003-2015. En ese sentido, pidió «unidad nacional» para dejar de lado el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
«Si los argentinos y argentinas no logramos que ese programa que el FMI impone a todos sus deudores sea dejado de lado para crear un programa de industrialización y desarrollo, va a ser imposible de pagar», destacó la vicepresidenta ante decenas de miles de personas que colmaban la Plaza.
«¿Se creen que lo van a poder pagar solamente con commodities? No, porque siempre te acomodan para que sigas debiendo. Es imprescindible la unidad nacional. Fue un préstamo político y política tiene que ser la solución. Que dejen de querer dirigir la política para transformarnos únicamente en exportadores de materia prima. Tenemos que agregar valor para que haya trabajo de calidad y buenos salarios. Se puede hacer porque lo hicimos durante 12 años y medio», remarcó CFK.
En esa línea, describió lo que considera que no fueron «12 años fáciles», en referencia a economistas y referentes de la oposición que suelen afirmar que el kirchnerismo tuvo condiciones macroeconómicas benéficas. «A los tres meses de asumir como presidenta, casi me pongo el país de sombrero por otro de esos genios de la economía (en referencia a Martín Lousteau). En paralelo, la crisis de Lehman Brothers hizo que se caiga toda la economía en el mundo en 2008. Luego vino la sequía. Perdimos millones de cabezas de ganado. En esta sequía nadie le hecha la culpa al gobierno. Pero en la de 2009 nos echaban la culpa», señaló.
«Unidad nacional» para renegociar la deuda
En este punto, Cristina alcanzó uno de los ejes de su discurso: las dificultades de la confrontación política con Juntos por el Cambio y, en el contexto del presente proceso electoral, con la ultraderecha liderada por Javier Milei. Sobre este último, durante la primera mitad de sus palabras en el escenario de la Plaza de Mayo, lo identificó como «discípulo» de Domingo Cavallo y recordó su gestión en 2001 durante el gobierno de la Alianza.
«El día que se caía la convertibilidad y se quedaban con los depósitos en plazo fijo, reprimían a Abuelas y Madres en esta Plaza. Cuando hoy escuchamos a discípulos de ese ministro [Cavallo] sobre lo que van a hacer si gobiernan, vale recordar que fuimos los kukas los que pagamos el corralito con el Boden 12. Es el bono que se le entregó a los que cuando fueron a buscar los dólares y los pesos a los bancos no estaban. Se los quedaron los genios de las finanzas y los pagaron los kukas, Néstor y Cristina. Se la garpamos nosotros la que se quedaron de ustedes», expresó la vice.
Respecto de la grieta, Cristina retomó la línea discursiva que sostiene en sus últimas intervenciones públicas. «Es una pena porque las argentinas y argentinos no podemos depender de que llueva o salga el sol. Tenemos que articular lo público y lo privado para agregar valor y sumar tecnología. Cuando uno mira las principales economías que crecieron en los últimos veinte o treinta años, sobre todo en Asia, no tienen nada que ver con lo que nos quieren imponer acá. Son modelos con vínculos entre lo público y lo privado. Esta es la discusión que esperan los argentinos y no las boludeces que se dicen todos los días en los medios de comunicación», afirmó con la voz casi quebrada.
Durante su reconstrucción histórica respecto de la relación entre Argentina y el endeudamiento, la vicepresidenta trazó las condiciones bajo las que el comenzó el gobierno del Frente de Todos. «200 mil millones de dólares menos de PBI y 120 mil millones de dólares más de deuda: eso nos dejaron los que quieren volver a gobernar en cuatro años», remarcó en referencia al período de Mauricio Macri en el poder. Amparada en el reciente informe de la Auditoría General de la Nación, exigió que la justicia investigue la responsabilidad de quienes pactaron con el Fondo.
«Todos saben las diferencias que tengo ante las dificultades que tenemos hoy», dijo CFK al comenzar su análisis sobre el presente. «Dije que cuatro vivos se iban a llevar la recuperación después de la pandemia. Este gobierno es infinitamente mejor que el que hubiera sido otro de Mauricio Macri. No tengo dudas», precisó. El presidente Alberto Fernández no estuvo presente tras su participación del Tedeum en la Catedral porteña durante la mañana del jueves.
Las referencias al gobierno de Cambiemos incluyeron un elemento quizás inesperado: puso la responsabilidad del endeudamiento más cerca del FMI que en Macri. «Le dieron un préstamo de 55 mil millones de dólares para que pudiera ganar las elecciones», precisó CFK. Pero ante los inmediatos insultos de la gente contra Mauricio Macri, ella aclaró: «No tiene la culpa el chancho sino el que le da de comer, decía mi abuela».
«El problema que tenemos hoy, acuciante, es la distribución del ingreso», retomó Cristina otrro de sus lineamientos presentes en sus últimos discursos. «A veces hay que ponerle carita fea a los que tienen mucho. ¿Por qué creen que me odian, me persiguen y me proscriben? Me quieren matar y meter presa, pero yo no soy de ellos. Yo soy del pueblo y de ahí no me muevo», exclamó frente a la multitud exultante.
«La Argentina necesita imperiosamente tres o cuatro ejes sobre los que desarrollarse», reclamó CFK. Y planteó lo que puede transformarse en una plataforma de campaña de cara a las elecciones. «Si los argentinos y argentinas no logramos que ese programa que el FMI impone a todos sus deudores sea dejado de lado para crear un programa de industrialización y desarrollo, va a ser imposible de pagar».
En clara referencia a los planes económicos de la oposición, preguntó: «¿Se creen que lo van a poder pagar solamente con commodities? No, porque siempre te acomodan para que sigas debiendo. Es imprescindible la unidad nacional. Fue un préstamo político, y política tiene que ser la solución», afirmó en otro de los pasajes destacados de su alocución.
«Gracias a los kukas también recuperamos Vaca Muerta. Recuperación Kuka», chicaneó la ex presidenta con una expresión que se repitió varias veces durante la tarde lluviosa. Sobre el litio, criticó -sin nombrarlo- a la gobernador jujeño Gerardo Morales y describió su visión respecto al litio. «Debemos tener mirada estratégica. Que vengan a extraer, pero la batería hacela acá, hermano».
«Pero qué vocación de colonia, hermano», continuó. «Qué vocación de volver a ser Potosí. Ponete en la cabeza ser Malasia, ser Corea del Sur pero, no volver a ser Potosí por favor».