Isabella Larrasolo es jugadora de la U15 del club 9 de julio. Apenas vio entrar al Dow Center a Sergio Hernández se tiró a sus brazos con emoción. “Es una apasionada, viene de una familia del básquet”, comenta ahora Oveja sentado al costado de la cancha mientras Isabella, la más chica del equipo rojo, la rompe en su partido. Roba una pelota, encara al aro, encesta un doble. Oveja es el entrenador designado del equipo. Isabella se divierte. Es la figura.
Este sábado por la tarde, Isabella fue desde 9 de julio hasta Bahía Blanca para participar de una jornada de básquet mixto organizada por Amnistía Internacional junto al Dow Center, el centro de alto rendimiento deportivo que craneó y puso en marcha Juan Ignacio “Pepe” Sánchez. Jugadoras y jugadores profesionales de básquet, deportistas de diferentes disciplinas, referentes feministas, actores, periodistas y distintas personalidades jugaron por la igualdad de género en el marco del Día de la Mujer.
“Desde Dow Center nos parece fundamental la incorporación transversal de la perspectiva de género como herramienta hacia la igualdad. Queremos y creamos un deporte sin violencia ni discriminación, que promueva el desarrollo humano integral y en libertad”, dijo Rocío de San José, coordinadora del equipo de género y diversidad de Dow Center. “Hoy estamos poniendo la atención en esta cuestión de género que es tan relevante, que nos ayuda a ser mejor día a día y a generar oportunidades reales”, agrega Pepe Sánchez.
A Juan “Pipa” Gutiérrez le toca dirigir otro de los equipos, el violeta, con la periodista Anuka Fucks, el youtuber Mauro Albarracín (Les Amateurs) y el atleta Damián Moretta. “La igualdad de género no es un discurso para nosotros. Esto que dice Pepe es genuino, acá se busca en todo la paridad”, me cuenta Pipa, bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 con la selección que dirigía Oveja Hernández. Desde hace unos meses, Pipa se mudó a Bahía Blanca para hacerse cargo del área de básquet del Dow Center, tanto de Bahía Basket como de la academia. “Estoy muy contento de estar acá, son muchísimos los desafíos que tenemos por delante”, dice desde sus más de dos metros de altura.
Además de Isabella, en el equipo rojo juega Laura Cors, que hace dos años se convirtió en la primera entrenadora en dirigir en la Liga Nacional, precisamente a Bahía Basket. Me toca ser parte de ese equipo. Un lujo: tengo a Isabella y Laura como compañeras y a Oveja Hernández como entrenador. También está Marcos Moneta, medalla de bronca con la selección de Rugby 7 en Tokio 2020. Arrancamos los dos desde el banco. Él por lesión (no podía jugar, pero quería estar presentar). Yo por falta de ritmo. “Estás impreciso con el tiro”, me dijo entre risas Juan Pablo Sorín, integrante del equipo verde, cuando estábamos probando al aro. Tenía razón. Además de haber sido capitán de la selección argentina de fútbol masculino, campeón mundial Sub 20, hoy Sorín trabaja como comunicador y es una de las voces que más aporta por la paridad y diversidad tanto en el fútbol como en el resto de los deportes.
“Hay básquet ahí, eh”, se rió Laura Cors cuando me vio tirar. Algo en los años de secundaria, le dije, con amigos, pero no, no sé jugar. Yo sólo quería evitar el papelón. También lo quería evitar el actor Ariel Staltari, Walter de Okupas, otro que se divertía tirando al aro mientras la ilustradora Ro Ferrer se dedicaba a dibujarnos. “¡Bien Ale!”, me alentó Paula Reggiardo, del equipo azul. Ex jugadora de la selección, docente y entrenadora, Paula lucha desde hace años por la igualdad de género en el básquet. En 2015, denunció violencia institucional y psicológica por parte del cuerpo técnico de la Argentina. Ahí renunció. Todavía sigue sin poder jugar. Pero busca volver. También está la árbitra Bianca Tedesco, que el año pasado denunció por acoso sexual y hostigamiento a Sebastián Moncloba, su jefe, el hombre que designaba a los jueces. Su lucha está presente en el Dow Center.
“Vos andá y divertite”, me había aconsejado Florencia Cordero, relatora del partido. Los comentarios fueron de Viviana Vila, la otra conductora del evento. “Fuiste el sexto hombre del equipo. ¿Viste como Manu Ginóbili en los Spurs?”, me dice Oveja Hernández. Con eso me puedo ir en paz. Después de los partidos, el cierre fue con música de Sol Alac.
La experiencia valía por otros aprendizajes, por lo que está en juego, que no es un partido de básquet. “La ignorancia es el camino más grave, el no saber cómo son las cosas -dice Oveja Hernández, uno de los técnicos más emblemáticos de la Generación Dorada-. Yo hace muy poco tiempo me enteré que el sexo es lo que traemos de nacimiento y el género es lo que se autopercibe. Tengo 58 años, yo no sabía eso. A partir de saber más, de aprender más, vamos a incorporar un montón más de cosas”.
“A nivel global, la brecha salarial entre hombres y mujeres por un mismo trabajo es del 23%. El Foro Económico Mundial, allá por 2017, señalaba que se necesitarían 217 años para cerrar dicha brecha. No podemos esperar tanto. Por eso estamos hoy acá”, relata Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina. “El mundo deportivo no escapa a estas desigualdades. Llegó la hora de equilibrar la cancha porque las niñas, adolescentes y mujeres enfrentan serias barreras para imaginarse como deportistas profesionales”, agrega Belski. “A esas niñas les diría que persigan el sueño, que el básquet no entiende de género”, dice Oveja Hernández. Una de esas niñas puede ser Isabella, que se saca foto con Oveja, con Pipa Gutiérrez, con Pepe Sánchez, que se va con sus padres. Y que quizá se imagina con ser de la Generación Dorada de las mujeres. Se trata de eso, de terminar con nuestros privilegios, de construir un deporte -una sociedad- que le entregue a Isabella la misma ruta que le entrega a los chicos de su edad.