Hay clubes que deberían ser más de lo que resalta su presente. Es el caso de Los Andes. Su arrastre popular en la zona sur del Gran Buenos Aires y sus 105 años de historia -incluidos un puñado de ellos en Primera División- nunca perderán vigencia. Su actualidad, sin embargo, grita un SOS. Y su gente lo lleva a la práctica.
Con el equipo anclado en el único puesto de descenso de la Primera B -de 17 equipos, sólo uno bajará a la C, y Los Andes lo ocupa a solo siete fechas del final de la temporada-, sus hinchas comenzaron hace rato una serie de marchas contra la dirigencia. Como ocurre en clubes grandes de Primera, como Independiente o San Lorenzo -u otros del Ascenso, como El Porvenir, también de zona sur-, la caída deportiva de Los Andes sólo parece ser el reflejo del desmanejo institucional. Hoy habrá una nueva movilización frente a la sede del club, en Lomas de Zamora, con un pedido claro: la renuncia del presidente, Víctor Grosi.
En la nueva marcha -la última fue este mismo mes, en agosto- estarán presentes las distintas agrupaciones de la oposición. Las une su amor por Los Andes y su rechazo por el oficialismo. «Hay un quiebre institucional en un club que tiene más de 100 años. Por primera vez el presidente fue autonombrado a través de maniobras fraudulentas. El 97% de los socios y socias están en desacuerdo con la permanencia de la actual comisión directiva», dice Daniel Arce, del grupo Sede Fundador.
Daniel Molinari, del movimiento de Renovación Milrayitas, va un paso más allá: «Hoy el club está literalmente tomado». El dirigente opositor sostiene que Grosi, a quien considera un «socio trucho», cuando llamó a elecciones en 2021 «puso un regimiento de barras bravas en la puerta para intimidar e impedir el libre ingreso como socios a nuestro club».
Según puntualiza Arce, «no sólo pedimos elecciones sino también elecciones limpias: por eso pedimos la intervención de la Justicia de la provincia de Buenos Aires». La movilización de esta noche también se explica en que los hinchas no pueden concurrir al estadio Eduardo Gallardón para alentar al equipo -o cuestionar a los dirigentes-. «El descontento es tan grande que, en vez de cuidar a la gente de los violentos, el Aprevide decidió jugar sin público estos tres partidos de local», se queja Molinari.
En el peor momento de su historia -no está entre los 65 equipos que juegan entre Primera y el Nacional, pero además puede caer a la cuarta categoría-, Los Andes sólo ganó tres partidos de los 26 que disputó en 2022. Volverá a presentarse este lunes, de local ante Cañuelas, pero otra vez a puertas cerradas, como ya ocurrió ante Argentino de Quilmes. Sus hinchas, entonces, sólo pueden reclamar en las calles.
«Pedimos la renuncia de Grosi y su comision ilegítima, la conformación de una conducción elegida entre todos los espacios políticos de Los Andes y garantía en 100 dias de elecciones limpias y libres, con un padrón depurado. La lucha y el reclamo van a continuar hasta recuperar el club para los socios, sus verdaderos dueños», dice Molinari. A pesar del desastre actual, Arce vislumbra un final feliz, acorde a una pasión en rojo y blanco sin fecha de vencimiento: «De esta lucha emergerán las y los dirigentes sanos que vuelvan a encauzar los más de 100 años de historia gloriosa de nuestra institución».