Facundo Campazzo tenía 12 años en 2004. «Ya me gustaba el básquet, lo juego desde los cinco. Recuerdo que escuchábamos los partidos de los Juegos Olímpicos de Atenas por la radio de la preceptora del colegio. Tenía colgados en mi cuarto posters de Manu, de Luis y del Chapu. Eran muchos de Ginóbili, uno bien cerca de la cama. Todavía quedan algunos en la pared, pero creo que ellos no lo saben. Nunca pensé que iba a pasar todo lo que vino después», recuerda. Ya en 2012, ese terremoto de apenas 1,79 metros de altura que se había ganado un lugar en el Peñarol de Mar del Plata multicampeón continental y de la Liga Nacional, hacía su presentación al mundo con una tapa al mismísimo Kobe Bryant en la previa a los Juegos Olímpicos de Londres.
Hoy, a los 25 años, viene de tener un año consagratorio en España, la liga más poderosa después de la NBA, al liderar al Murcia hacia su primer playoffs en la historia, además de romper el récord de la liga con 15 asistencias en un juego y de ser elegido «MVP de la gente» en una encuesta en la página oficial del torneo. Al cordobés se le presenta ahora un desafío grande con una Selección Argentina que mezcla lo mejor de una Generación Dorada histórica con la nueva camada que él mismo lidera, y será él también quien tendrá un rol fundamental en Río 2016.
¿Qué tiene de nuevo esta previa a un torneo grande?
Me gusta esta etapa del ciclo porque se afianza la amistad, se los extraña a los chicos. Tuve la suerte de estar en el proceso de Londres 2012 y lo disfruté porque era algo nuevo, pero esto también es nuevo, sigo aprendiendo y disfrutando a cada momento.
¿Te sigue pareciendo increíble estar rodeado de bestias?
No sé si increíble
(piensa). Sí, es increíble (se ríe). No caigo aún. Es una mezcla de emociones estar con genios como Manu Ginóbili, Luis Scola, Chapu Nocioni o Carlos Delfino. Quedamos impresionados todo el tiempo, pero no hace falta que hablen, es tan sólo mirarlos cómo juegan, cómo entrenan o cómo van al gimnasio. El resto tenemos que ser esponjas y absorber toda esa enseñanza.
¿En qué momento te encuentra esta convocatoria?
Estoy con mucha confianza, fue un muy buen año en Murcia. No quiero decir que estoy en mi mejor momento porque espero que lleguen muchos más. Demostré que puedo jugar en una liga fuerte y que la salida del Real Madrid fue una buena decisión. Sí es diferente a lo que fue Londres, porque en ese proceso aprendí a ser un profesional del básquet. Ginóbili me agarró en el vestuario en el primer día y me dijo que estaba gordo. Me quedé helado. Era la primera vez que lo veía. A partir de allí me di cuenta que hay que ser un profesional dentro y fuera de la cancha, no sólo en el básquet sino también con el físico, la concentración, el descanso.
¿Con qué te encontraste en los primeros días de entrenamientos en la Selección?
Hay muchas ganas, pero estamos en el momento de conocernos. Son sistemas nuevos y también compañeros nuevos. Recién con los amistosos vamos a saber dónde estamos. Lo fundamental va a ser combinar a la perfección esa mezcla de juventud con experiencia. El año pasado en el Preolímpico de México fue así y salió muy bien, nadie esperó que tuviéramos ese nivel. Fuimos los que mejor jugamos en el torneo. Tenemos que trabajar con la misma metodología.
Aparecés como el líder de esa nueva generación de jóvenes. ¿Te ves así vos?
No lo sé. Tanto Nico (Laprovittola) como yo podemos ser los de más voz porque somos los que ordenamos el juego, somos los bases, pero el día que no estén los más grandes veremos cómo se distribuyen los roles. La ausencia de Pablo Prigioni afecta al equipo porque es un jugador que nos conoce a todos y tiene una tremenda calidad. Por eso es un orgullo que confíen en mí para remplazarlo.
¿Cómo te imaginas ese 21 de agosto en el estadio Arena Carioca?
Y, la meta máxima es llegar a un podio, colgarse una medalla. Hace cuatro años se nos escapó en esa definición por el bronce con Rusia. El país se acostumbró a ver a la Selección en el podio de cada torneo, estar acá demanda eso, dejar el máximo de nuestro potencial para alcanzar ese objetivo. Va a ser difícil porque están los mejores y es un torneo de mucho desgaste. Hay ganas de seguir haciendo historia y hay un grupo de calidad para cumplir con ese objetivo. Sería lindo cerrar un ciclo con Manu en el podio. Igual, formar parte de este proceso olímpico junto a ellos ya es algo único. Bah, un podio sería mucho mejor.