El partido entre Banfield y Gimnasia, jugado el domingo pasado y en apariencia uno más de la tercera fecha de la Liga Profesional, entró en erupción a los dos minutos del segundo tiempo cuando Ignacio Miramón, juvenil de Gimnasia de 19 años, levantó por el aire con una brutal patada al uruguayo Brahian Alemán, su excompañero, ahora en Banfield, con 33, casi el doble de edad.
El árbitro Sebastián Martínez no necesitó de la tecnología para expulsarlo. La infracción fue tan evidente como la historia por detrás que había entre los protagonistas. Un secreto a voces que la mayoría opta por callar pero que tuvo repercusión a partir de las redes sociales.
Alemán quedó señalado como el líder de un grupo que se hacía llamar Los Ninjas mientras estaba en Gimnasia y encabezaba los ritos de iniciación de los juveniles, una tradición tan vieja como el fútbol. El bautismo consiste, entre otras cosas, en pelar a aquellos que hacen su primera pretemporada. En Gimnasia lo promocionaban y hasta lo subían a sus redes sociales.
Pero en junio de 2021 el Comando Ninja se ensañó con los pibes y las bromas se pusieron más pesadas. Miramón, el autor del planchazo durante el último fin de semana, Franco Torres e Ivo Mammini fueron algunas de las víctimas. Según confimaron fuentes del club, los jóvenes recibieron la visita de algunos de los integrantes más experimentados del plantel a sus habitaciones. Ciertos detalles que trascendieron asustan: no pocos de los agresores estaban encapuchados, tenían varillas y destornilladores, los embolsaron en una sábana y les pegaron de a varios. A uno lo habrían dejado colgado de un árbol afuera de la concentración, otro quedó sangrando de tantos golpes.
El caso escaló hasta uno de los familiares de los juveniles agredidos, que amenazó con llevar el tema a la Justicia. Gabriel Pellegrino, entonces presidente, lo convenció de no avanzar con el tema para evitar un escándalo mediático que lo perjudique, aunque sin embargo, casualidad o no, algunos de Los Ninjas terminaron apartados del club. Matías Pérez García desembarcó en Perú de un día para el otro y Nelson Insfrán fue dado a préstamo. Por su parte, Alemán –pieza clave del equipo– fue apartado unos días durante la pretemporada y a los pocos días, sin pedir disculpas, recibió el indulto y con el aval de sus propios compañeros volvió a estar en la consideración de Leandro Martini y Mariano Messera, la dupla técnica con largo recorrido en las inferiores que asumió tras la muerte de Diego Maradona.
En la fecha cinco de la Liga Profesional 2021, Alemán le marcó un golazo de tiro libre a Atlético Tucumán sobre la hora y se desquitó con lo que aún se comentaba puertas adentro. Hizo gestos de «acá estoy yo» y siguió los ademanes pidiendo que «sigan hablando» y después que hicieran silencio. Mientras coleccionaba detractores dentro del club, afianzaba su liderazgo en el plantel, sostenido por un gran rendimiento en la cancha. «No se lo podía tocar ni en los entrenamientos», grafica alguien que conoce de cerca la interna.
«Cualquier cosa que trascienda de un grupo se sobredimensiona. No comparto la violencia y esas cosas son costumbres a veces establecidas», expresó en ese entonces Leandro Martini, en un intento de descargo. Alemán siguió en Gimnasia un año y medio más, siempre con muy buen nivel –ya con Pipo Gorosito como técnico–, hasta que en enero de 2023 pasó a Banfield. «Me fui dos veces de Gimnasia, las dos veces le dejé plata y el sueldo que me debía. Esta vez también le dejé el 100% de lo que me debían», intentó lavar su imagen el uruguayo durante la semana, cuando su nombre ya había quedado salpicado bajo la polémica a partir de un tuit de @Taconeta_TW que alertó sobre los ritos de iniciación en Gimnasia.
Sobre ese vínculo conflictivo con los chicos del club, el uruguayo también contó su parecer: «Es al contrario. Siempre tratamos de apoyarlos, aconsejarlos. Son cosas que se dicen afuera. Si les preguntan a los pibes, ninguno va a decir que tuvo un problema». El actual presidente de Gimnasia, Mariano Cowen, debió salir a declarar en las últimas horas, reconociendo implícitamente el problema: «Respetamos y acompañamos a la actual política institucional que prohíbe cualquier tipo de ‘Bautismo, ritual o rito de iniciación’ que implique el uso de la fuerza física, y manifestamos nuestro rechazo a toda forma de violencia en el deporte». El periodista que contó el caso en Twitter, Mateo Romero, denunció amenazas en las últimas horas: «Exponer esta situación de la gestión anterior tiene como objetivo cuidar a los pibes que surgieron y surgirán», dijo, a la vez que reconoció que está pasando un «momento muy duro».
Fue curioso, o se pareció mucho a un mensaje cifrado, que hace pocas semanas, en la pretemporada de este año, Estudiantes, el rival de toda la vida de Gimnasia, suspendió los «bautismos» para los jóvenes que se sumaban a la pretemporada. Mauro Boselli, emblema y capitán, lo explicó: «Me parece que no tiene sentido, no nos gusta. No quiere decir que lo otro esté mal. Son formas de ver las cosas».
«Los ritos de iniciación son prácticas legitimadas en el mundo del fútbol. Cuando uno se corre se da cuenta de que hay muchas cosas que cambiar de raíz. Me pasó: me pelaron y fui testigo de cuando pelaron a otros compañeros. Está mal porque no se respeta la integridad física y la decisión de otra persona sobre su cuerpo. Vi compañeros llorar, someterlos a golpe de puño. Cosas que pasan en un vestuario y pocas veces se visibilizan», cuenta el periodista Rafael Crocinelli, autor de Cuerpos que (no) importan, un libro que, desde su experiencia como exjugador, da cuenta de distintas problemáticas alrededor de la redonda. «