Claudio Jeremías Echeverri encara solo hacia el arquero de Gimnasia La Plata. Tiene 11 años. El defensor que lo persigue le saca dos cabezas. Piernas más largas, de atrás, de lleno, le pega en el tobillo izquierdo. Echeverri se tambalea, pero aguanta y sigue. Y define: gol. Recién después, el N° 10 de River cae, dolorido por el golpe. El árbitro amonesta al defensor. Echeverri, que el 2 de enero cumplió los 17 años, es ahora la figura destellante del Mundial Sub 17 de Indonesia. Ya había convertido dos goles, ante Japón en el grupo y contra Venezuela en los octavos de final, pero su triplete ante Brasil en los cuartos de final del viernes -segundo triunfo consecutivo de Argentina ante su clásico rival en la semana, tras el 1-0 por Eliminatorias del martes en el Maracaná– le dio relevancia internacional: diarios ingleses se asombraron de que fue el primer jugador argentino en marcarle tres goles a Brasil en un partido oficial por primera vez desde 1925 (Manuel Seoane lo había hecho aquel año en el Sudamericano). El Diablito, eso sí, ya había mostrado su repertorio en el Sudamericano Sub 17 de Ecuador, en abril. Convirtió cinco goles y terminó en lo más alto de la tabla de goleadores con el brasileño Kauã Elias. Chaqueño, alma de potrero, por ver a Echeverri se justifica pagar una entrada, o sentarse a ver a la selección Sub 17, que este martes a las 5.30 jugará las semifinales ante Alemania.
Echeverri sólo es “el Diablito” por la edad. Juega como un Diablo adulto. Y cuando juega, el infierno está encantador. Su apodo remite a Marco Antonio Etcheverry, el Diablo, acaso el mejor jugador de la historia del fútbol de Bolivia, un 10 zurdo, estratega. Se lo pusieron cuando llegó a los 11 años a River, en 2017, desde Resistencia, capital de la provincia de Chaco, noreste argentino. Jugaba en Deportivo Luján. Había pasado una prueba en el predio San Diego, por los ojos de Claudio Otermín y Daniel Brizuela, del área de Captación de River, quienes hablaron con Domingo y Rosa, sus padres. Al principio, el niño no se hallaba en la pensión. Lo verbalizó. River les alquiló un departamento a sus padres. A mitad de aquel año cruzó el Atlántico y le marcó cuatro goles a la Juventus en el Champions Trophy de Venecia. “Viral”. Que lo quiere el Real Madrid, que el Barcelona. Fue cuando el mundillo más subterráneo de la pelota empezó a hablar del futuro de Echeverri.
En el Mundial Sub 17 de Indonesia, en cualquier caso, vemos a Echeverri cumplir las expectativas que generó como talento precoz. No siempre pasa y vale decirlo. Lo había repetido Diego Placente, DT de la selección, ya en el Sudamericano: “La exposición mediática carga de presión a los chicos. Hay que estar tranquilos porque son jóvenes”. En la previa al primer amistoso de la Argentina post Qatar 2022, festejo en marzo ante Panamá en el Monumental, Echeverri se sumó a una práctica con los campeones del mundo. La Sub 17 se encontraba en plena puesta a punto para el Sudamericano. “Se lo vio bastante picante, ya lo estuvimos viendo -dijo Ángel Di María-. Tiene mucho para dar”. “Es inolvidable -dijo el Diablito-. Cumplí el sueño de conocer a Messi”.
Con una cláusula de rescisión de 25 millones de euros que será elevada por el club, y con contrato hasta diciembre de 2024, Echeverri debutó en Primera el 22 de junio de 2023, en el 3-1 de River ante Instituto en el Monumental: metió un pase gol. Pero luego jugó poco, o menos de lo que los hinchas quieren: Martín Demichelis le dio 72 minutos repartidos en cuatro partidos, todos en la Liga Profesional, ninguno en la Libertadores ni en la Copa de la Liga.
Habilitador y definidor, Echeverri es control y cambio de ritmo en tres cuartos. Pulió los pies en las habituales clases de técnica individual de los lunes en River, a cargo de Ariel Ortega. “Hoy, el Diablito es una mezcla de Ortega con Gallardo, un estilo así. Un tipo cerebral como Marcelo y con la gambeta del Burrito”, le dijo a Infobae Oscar Castellano, entrenador de River en infantiles, su primer DT cuando dejó atrás el barrio Villa Río Negro de Resistencia. En YouTube hay una entrevista de esas que pintan para legendarias. Echeverri tiene 11 años y es tapa de diarios: juega en las infantiles de River. Marcelo Insaurralde, del programa Cortita y al pie, de Chaco, lo entrevista.
-¿Por qué jugás a la pelota?
-Porque me gusta, por diversión.
-Tu diversión hoy significa que estén todos locos, apasionados. Los chaqueños hablan del “ídolo”. ¿Sabés el significado de la palabra?
-Sí.
-¿Quién es tu ídolo?
-Y Messi…
-¿Jugás parecido?
-Y algo…