Luego de su amplia victoria, Daniel Passerini se prepara para asumir la intendencia de la Ciudad de Córdoba en lugar del flamante gobernador electo Martín Llaryora, en lo que fue un gran triunfo para el peronismo local frente a Juntos por el Cambio a nivel provincial.
Médico generalista egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, nacido en la localidad cordobesa de Cruz Alta, Passerini, de 58 años, es el actual viceintendente de la capital mediterránea, está casado y tiene dos hijos. Fue concejal de Cruz Alta en 1995 y su jefe comunal entre 1999 y 2005. En 2007, Passerini fue elegido legislador por el Departamento Marcos Juárez y presidente del Bloque de Unión por Córdoba, en el período 2007-2011.
En las elecciones provinciales de agosto de 2011 y julio de 2015 encabezó la lista de legisladores provinciales, convirtiéndose en vicepresidente primero de la Legislatura Provincial y presidente de la Comisión de Salud Pública. También fue ministro de Desarrollo Social provincial en dos oportunidades.
En diálogo con Tiempo, Passerini analizó los motivos de su triunfo así como los alcances de la coalición liderada por el peronismo cordobés que representan, a nivel nacional, el actual gobernador Juan Schiaretti como precandidato presidencial y Llaryora en el ámbito provincial.
-¿Cuál es su análisis de esta victoria?
-Bueno, la gente ratificó una gestión que viene dándole respuestas a la Ciudad, que la ha recuperado porque venía muy abandonada. Hacía 40 años que la Ciudad de Córdoba no le daba la oportunidad a un intendente peronista. Martín Llaryora y yo asumimos esa responsabilidad en 2019, y nos ocupamos de un distrito que estaba endeudado en dólares, que tenía muchísimos problemas. No había cloacas en la mayoría de los barrios, faltaba agua potable, todo un déficit estructural que fuimos resolviendo. La gente validó eso, atravesamos una pandemia muy dura pero pusimos a la ciudad de pie. La ordenamos, y la primera gran respuesta fue el 25 de junio, donde Martín fue electo gobernador gracias al voto de la ciudad de Córdoba, que lo hizo gobernador. Y un mes después nosotros, con una estrategia muy clara tomamos la elección del 25 como una encuesta de referencia. Trabajamos el territorio, y la política le ganó al marketing. Con mucha militancia, con un gran trabajo, la gente nos dio prácticamente el mismo resultado que en las provinciales y yo soy el intendente electo de la ciudad.
-¿Qué propone el peronismo cordobés en términos de “cordobesismo” y alianza con otras fuerzas?
-Fundamentalmente, una mirada mucho más amplia que la que puede ofrecer nuestro propio espacio. Nosotros tenemos, desde el año 1998 -cuando José Manuel de la Sota logra por primera vez ganar la provincia- la oportunidad de llevar adelante una política de transformación con una base justicialista porque en Córdoba el Estado es el garante de la justicia social. Hay educación pública de calidad: Córdoba tiene boleto educativo gratuito. Acá subsidiamos el empleo, y tenemos una fuerte actividad económica producto de la actividad agropecuaria, de la actividad industrial, del turismo, y defendemos esas políticas. Para nosotros fue muy grave la 125, porque claramente fue un golpe a los ingresos de la provincia y a la producción. Córdoba aporta miles de millones de dólares por año que no vuelven. Y esa es una de las discusiones que planteamos en materia de federalismo, lo mismo que el reparto inequitativo de los subsidios. Esas son cuestiones que a nosotros quizás nos diferencian del peronismo nacional, y por eso planteamos que tiene que haber una mirada federal, que es lo que está faltando. Y Martín Llaryora el domingo, con una figura muy gráfica, le habló a eso y se lo dijo a todo el mundo.
-Justamente, cuando Llaryora menciona a «los pituquitos de Recoleta» aparece una cuestión más profunda. ¿Cuál es esa discusión?
-Claramente hay una discusión más profunda, porque aquí hubo una estrategia electoral de parte de la franquicia Juntos por el Cambio de querer imponer candidatos en Córdoba sostenidos por los medios de comunicación hegemónicos que plantearon un discurso sobre que Córdoba estaba mal administrada. Es muy fácil administrar la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cuando tenés el 85 por ciento de los subsidios, la ciudad más rica de la Argentina y que tiene el mejor ingreso per cápita. Se quedan con muchos de los recursos que van de las provincias y no vuelven. Y después, de ahí venir a dar cátedra en avión privado a festejar un triunfo que no tuvieron. Quizás esa fue la gota que rebalsó el vaso. Yo dije que vinieron a dar la vuelta olímpica y tuvieron que quedarse en el vestuario.
-El domingo Llaryora también habló de «una nueva forma de hacer política» que ganó en Córdoba con estos resultados. ¿A qué se refiere?
-La nueva forma de hacer política es responderle a la sociedad con las demandas que plantea. Es plantear la discusión sobre los problemas que tiene la gente y no los que tienen los dirigentes. Hoy la Argentina no tiene que discutir cuántos habitantes tiene la Corte Suprema ni cuestiones que son de la dirigencia. Hay que resolver el problema de la pobreza, de la inflación, de ver cómo hacemos un sistema más federal, para que las provincias que producen tengan sus herramientas para financiarse para hacer obras. Y empezar a discutir el desarrollo de la Argentina de una buena vez por todas. Córdoba es una provincia importante, nosotros queremos más federalismo y me parece que eso es hablar de las cosas que hoy hacen falta.
-Su compañero de fórmula y actual viceintendente electo, Javier Pretto, presidió el PRO de la provincia y este año volvió al peronismo en Hacemos Unidos por Córdoba. ¿Qué lectura le gustaría que hiciera la sociedad en este sentido?
-Nosotros comenzamos nuestra historia en Córdoba con José Manuel de la Sota, con un espacio que sumó a la Ucedé, a un montón de partidos de centroderecha y también de centroizquierda. Nuestra coalición fue ampliándose y hoy tenemos una situación muy interesante donde la vicegobernadora de Martín Llaryora viene del radicalismo y mi viceintendente Javier Pretto viene del PRO. Esto significa que nosotros priorizamos los intereses de la provincia y los consensos dentro de la provincia. Esa discusión nosotros la tenemos resuelta, la gente nos acompañó, y entendemos que la política tiene que ir hacia la búsqueda de consensos, y por ahí no mirar tanto los orígenes sino los objetivos en común, que es lo que hemos hecho en Córdoba, nos da resultado y la gente nos sigue acompañando.