Aunque ya circulaba la información sobre el cierre o la “reducción” de la filial argentina de SM, el grupo editorial español dedicado a la literatura infantil y también a los libros de texto, hasta ayer después del mediodía ningún vocero oficializaba la noticia. Quienes atendían el teléfono decían no tener información sobre el tema y cuando se requería hablar con algún director la contestación era que estaban reunión. Poco después sólo era posible escuchar la voz de un contestador automático. La presidenta de la Fundación El Libro, María Teresa Carbano, tampoco tenía comunicación oficial sobre el tema. Sin embargo, directivos españoles arribaron el miércoles al país para comunicarles a sus empleados que en Argentina la empresa ya no era rentable en la Argentina y era necesario instaurar “un nuevo modelo de negocios”.

La confirmación llegó más tarde y se hizo a través de la página oficial del grupo. El título tenía mucho de eufemismo: “SM inicia el camino hacia un nuevo modelo de presencia en Argentina”. El nuevo modelo de presencia en el país en que el grupo opera desde el año 2001, tiene el objetivo “alcanzar la rentabilidad para hacer viable la operación en el país sin repercutir negativamente en el resto del Grupo” y consiste en “una reorganización interna que conlleva la desvinculación de 90 personas a las que ha ofrecido la indemnización correspondiente más una indemnización extra. El resto de los empleados, que asciende a 20 personas, seguirá atendiendo los compromisos de la compañía con clientes y proveedores hasta que se defina por completo el nuevo modelo de presencia en el país.” Pero los despidos ya habían comenzado antes de que se oficializara el cierre. En el mes de abril unas 23 personas habían recibido el telegrama correspondiente.

La decisión, según el comunicado oficial, está motivada “por un momento complejo para el mercado educativo, junto con un contexto macroeconómico de una alta incertidumbre en el país, se circunscribe solo a Argentina y no afecta la política de la compañía en cuanto a presencia e inversiones en el resto de los países en que está presente.”

Por último, el informe agradece a los empleados por “la dedicación e implicación que han mantenido durante todos estos años”.

Aunque no se define con precisión si la labor de los 20 empleados que no fueron incluidos en los despidos será sostenida en el tiempo o sólo permanecerán en el grupo temporalmente, todo hace suponer que su relación con este tiene fecha de vencimiento y que está coincidirá con el agotamiento del stock de libros en existencia.  

El cierre de SM de Argentina no sólo perjudica a sus empleados, sino también a los autores que publicaban en la editorial y, en consecuencia, a los lectores y cada uno de los integrantes del sector.  Agrava, además, el serio panorama de la industria editorial abaratando los salarios de quienes aspiren a insertarse en otra editorial. En este momento, además, resulta poco viable que exista una actividad en el sector que permita la absorción de los despedidos.

Escritores, ilustradores y especialistas reaccionaron ante el hecho.

La licenciada Nora Lía Sormani, especialista en literatura infantil y juvenil, le dijo a Tiempo Argentino: “El cierre de SM significa que muchos niños dejen de leer a los autores e ilustradores de su país. ¡Tantos libros que se editaban de mucha calidad! Esta editorial hizo siempre una selección muy exquisita de los textos y los autores, dado que tiene como editoras a grandes especialistas. Sólo alguien que vive en la Argentina y que sabe cómo funcionan la cultura y la educación en la argentina puede visualizar qué es lo que requieren los lectorcitos de nuestro país. Es decir, cuáles son sus autores favoritos, quiénes tocan aquellos temas sensibles para esta sociedad, qué tipo de humor los hace reír. Parece mentira que durante tantos años, durante el gobierno anterior, se haya estimulado la formación y difusión de los autores e ilustradores para niños en nuestro país. Y que, de pronto, tengamos que ver cerrar tantas puertas de la cultura pensada para los niños y jóvenes, que son el futuro.”

Mario Méndez es autor de SM y miembro del Colectivo del Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) “Publiqué en allí siete u ocho libros –cuenta-. La noticia fue un simbronazo porque se trata del segundo grupo en importancia en el campo de la literatura infantil y juvenil. Es como si cerraran Boca o River. Fue, además, inesperado. Fui mención del Premio Gran Angular de literatura juvenil de SM que se hizo por primera vez en la Argentina y que ganó Mariana Furiasse. También Márgara Averbach obtuvo una mención. Los libros de las dos menciones estaban en proceso de edición para entrar muy pronto a imprenta. Hoy no sabemos qué va a pasar ni con los libros que ya tenemos editados, que son muchos, ni con los proyectos comenzados y, como en este caso, a punto de ser terminados.”  Y agrega: “Nos solidarizamos con las casi 200 personas despedidas. La editorial no ha dicho que se esté yendo definitivamente de la Argentina, sino que está repensando el modelo de negocio. No sabemos cómo lo van a repensar, pero lo concreto es que los libros de literatura infantil se venden a través de promotores y si no hay promotores, por supuesto, se van a vender muchísimo menos. Además, los autores e ilustradores tenemos incertidumbre respecto de lo que pasará con nuestros libros.”

La reconocida escritora Silvia Schujer, que publicó a través de SM, escribió en su cuenta de Facebook bajo el título Alicia en el país de los globos amarillos: “Mientras esto sucede y más gente se queda sin trabajo (autores, editores, empleados administrativos, promotores, vendedores etc ), un hombre se muere de frío en el pasillo de un hospital. Se muere, muere, con todas las letras. Nada de esto pasa porque tengamos mala suerte, compañeros. O porque seamos incompetentes a la hora de hacer nuestro trabajo. O porque no nos merezcamos aspirar a una vida ´mejor. Estas y otras atrocidades son parte de un proyecto político que nos quiere tristes, pobres, con frío, con hambre, con o sin libros (les da igual) y con una educación mínima e indispensable que les garantice a ellos (esos pocos con plata y poder) acrecentar sus ganancias. Hoy, las y los integrantes del Colectivo LIJ, trabajadores y trabajadoras de la literatura infantil y juvenil, nos solidarizamos particularmente con los compañeros y compañeras de SM que se han quedado sin trabajo. Y nos declaramos en estado de alerta a la espera de un encuentro -que ya hemos pedido- con los responsables del cierre, para luego convocar a una asamblea que sea a la vez informativa y propositiva. Invitamos a escritores, escritoras, ilustradores, ilustradoras, narradores, narradoras, especialistas y editores y editoras a sumar sus voces, a compartir en sus redes, a participar del necesario debate que se viene.”

Por su parte, Martín Blasco, también autor de SM y ganador del Prix Farniente en Bélgica por su libro La oscuridad de los colores   publicaba un mensaje irónico en Facebook poco después de conocerse el comunicado oficial: “En este hermoso comunicado oficial, el grupo editorial SM trae calma y nos dice que no debemos preocuparnos: ellos están lo más bien. Solo que Argentina apesta y prefieren invertir en otros países. Básicamente dice eso. Y que chau, que nos vimos. En todo caso, si la cosa mejora, nos llaman y volvemos, dale? Besitos para todos.” Y agrega:”Era lucro sin fin, pucha, entendimos mal.”

La solidaridad con los despedidos es unánime como también lo es la incertidumbre de los autores e ilustradores y de todos los que, de un modo u otro, formaron parte del proyecto editorial de SM.