Cantante y compositora, Cecilia Gauna reformula el folklore de modo que cada canción de su nuevo disco, Delfines, sorprenda al oyente.
La sorpresa comienza ni bien se inicia la placa con «Caminantes», una canción en la que mixtura vientos y percusión en singulares arreglos y canta junto con Juan Quintero. Gauna sabe combinar de manera eficaz elementos de nuestro folklore con sonoridades y juegos dinámicos que provienen del jazz.
Los arreglos, precisos y creativos, fluctúan entre un apego a las formas autóctonas y guiños sutiles a elementos populares contemporáneos. «Rosa del desierto», cuya melodía remite al canto chayero con un tratamiento original de voces, de vientos y percusión es un buen ejemplo de su original propuesta.
Junto con María «La Bruja» Salguero protagoniza un dúo conmovedor en la no menos conmovedora «Sangre de mi corazón», cuya letra emociona por la fuerza de cada una de sus estrofas.
La serenidad de la vidala «La marea», la delicadeza de «Celeste» y la melancolía de «Paraíso», en la que es acompañada por un cuarteto de cuerdas y Carlos Libedinsky en bandoneón, demuestran de qué manera la cantante maneja las atmósferas con su voz.
La nostálgica «Ay, la vejez», «Tengo un mar», «Delfines» (con un sutil arreglo de cuerdas) y «Viajera» (con Luna Monti en voz), que va creciendo a medida que transcurre el tema, completan un trabajo en el que, rodeada de un grupo de notables músicos, Gauna demuestra un estilo original no sólo como cantora, sino también como creadora de canciones.
Por su parte, Chuecas y Locas, el trío integrado por la soprano María Estela Monti, la mezzosoprano Claudia Calistro y la contralto Dorita Chávez encaran en su nuevo disco, Esencia Piazzolla, nueve composiciones del reconocido músico.
Con Francisco Fernández en dirección musical, arreglos y guitarra eléctrica, Lucas Capitelli en guitarra española y Patricia Episcopo en bajo eléctrico, el trío consigue mostrar una faceta diferente de las composiciones del bandoneonista.
Poseedoras de una gran técnica vocal, se sumergen en temas como «Siempre se vuelve a Buenos Aires» o «Mi loco bandoneón» con gran expresividad.
Nicolás Guerschberg en piano y Alejandro Guerschberg en bandoneón participan como músicos invitados en varias de las pistas del álbum.
La emoción se hace presente en «Los pájaros perdidos», con un gran trabajo de Naho Shibata en violín y Calistro como voz solista y, en especial, en la oscura «Balada para mi muerte».
En «Vuelvo al Sur» se lucen la armónica de Franco Luciani y la voz de Chávez. En la no tan frecuentada «Los paraguas de Buenos Aires», donde participa Martín Ameconi en piano, el trío muestra todo su potencial en la combinación de voces.
Monti se ocupa de la voz protagónica de «La última grela», tema que antecede a «Campo, camino y amor», una pieza un tanto olvidada que Piazzolla compuso con letra de Atahualpa Yupanqui.
El cierre del álbum no podía ser otro que «Milonga de la anunciación», tema que forma parte de la operita «María de Buenos Aires».
Esencia Piazzolla es un tributo vocal de Chuecas y locas que recorre algunas de las obras más reconocidas del músico que revolucionó el tango.
Cecilia Gauna presenta Delfines el sábado 14 a las 21 en el Centro Cultural caras y Caretas, Venezuela 330, CABA
Chuecas y locas presenta Esencia Piazzolla el viernes 20 a las 21 en Café Vinilo, Gorriti 3780, CABA.