En esta película de Maximiliano Schonfeld dos mujeres, madre e hija, investigan el fenómeno ovni, algo que en Argentina llevan adelante mayoritariamente los hombres. El trabajo compartido profundiza el vínculo y lo convierte en amistad. Se puede ver todos los viernes de agosto en el CCK con entrada libre y gratuita.
En un plano abierto, sobre el anochecer de Victoria (Entre Ríos), se recorta la charla y la risa entre ella. Y también, por supuesto, las discusiones. No siempre coinciden. Luminum de Maximiliano Schonfeld, evidencia que el cielo puede devolver, como en un espejo, lo extraordinario de los lazos humanos. Un documental que muestra dos misterios: las señales de vida extraterrestre y el amor por el otro.
“Hay misterio en las relaciones con otras personas, todo lo que sucede alrededor de los vínculos, más allá de las convenciones, lleva a una manera de estar en el mundo y abarcar lo inexplicable de la vida. El documental no sólo habla de los fenómenos que se ven en el Río Paraná o en el cielo, sino del misterio del amor por el otro, qué significa querer, qué significa necesitar a la otra persona. A fin de cuentas, el tiempo pasa muy rápido acá en la tierra, y uno quiere a determinadas personas que son las que te acompañan en este tiempo corto. Entonces, ¿qué es lo que te une?, ¿qué es lo que te desune?”, se pregunta Schonfeld en diálogo con Tiempo.
Silvia y Andrea, además de ser madre e hija, son amigas y compañeras de aventuras, se complementan en las investigaciones, organizan campamentos astronómicos, crean comunidad. Por eso, cuando Andrea terminó de ver Luminum, volvió a reafirmar su experiencia, con la certeza de que atravesando todas esas barreras que pudieran nublar una relación entre madre e hija, se descubre algo maravilloso.
Hace diez años, Schonfeld empezó a pasar sus diciembres en Victoria. Un evento lo convocaba: Alerta Ovni, el campamento que organizaban Silvia y Andrea en el cerro, bajo las estrellas. “Se armaba ahí algo muy primitivo entre las personas. Cuando aparecía alguna luz extraña, una electricidad te recorría el cuerpo. Había un terror que te tomaba de repente, en la oscuridad, después de estar muchas horas bajo las estrellas. Esa sensación me llevaba a otra época, a un pasado que no viví, por decirlo así. Durante gran parte de la historia los seres humanos convivimos con esa sensación de inmensidad de los cielos, de sentirnos por momentos completamente desprotegidos o a merced de los misterios del universo. Estaba toda esa energía junta”, afirma.
Pero además, en Alerta Ovni, se mezclaba el terror y el misterio del universo, con los relatos de la gente a oscuras. Apariciones, avistajes y relatos de fantasmas, todo convivía. “Me parecía un fenómeno muy interesante, desde un punto de vista sociológico también, y me daba cuenta de que nadie era muy consciente de eso. Había algo muy vivo para la ficción en ese intercambio de historias y de miradas sobre lo mismo”, cuenta el director.
Pasaron muchos años hasta que Schonfeld decidió hacer una película. “Con el tiempo, me empezó a interesar hacer una película con ellas pero no en el formato de la ufología, que generalmente consiste en entrevistas y casos de investigación. Lo que más nos interesaba retratar era el vínculo entre ellas, que es lo más fascinante. En la ufología en Argentina generalmente los investigadores son todos varones, y ellas siempre fueron casi las únicas mujeres. Además, son madre e hija, y tienen un vínculo de amistad y colaboración. Incluso de discusión, tienen visiones muy distintas del fenómeno. Pero así y todo se complementan para la investigación y llevan adelante un proyecto increíble”, explica.
En serie con La siesta del tigre, un documental anterior de Schonfeld, Luminum mezcla realidad con ficción. Uno de los puntos más altos de ese registro híbrido cuenta, justamente, las visiones opuestas que tienen Silvia y Andrea respecto del fenómeno Ovni.
“Hay dos personajes de ficción que representan la manera en que cada una de ellas piensa la ufología. Uno tiene que ver con el agua y el otro tiene que ver con el cielo y con el espacio, y así es como ellas entienden sus discusiones. Andrea cree que las luces provienen del espacio y Silvia cree que las luces vienen del agua. Nosotros espejamos esos dos personajes, y uno se va por el cielo y otro por el agua”, dice y continúa:
“La ficción se desprende de un proyecto anterior, un guión de ciencia ficción que estábamos escribiendo con Selva Almada (que después terminó deviniendo en el film Jesús López). En ese entonces, nos preguntamos cómo sería un extraterrestre de Entre Ríos. Selva escribió un texto muy hermoso que tenía que ver con un extraterrestre que iba mutando en formas que tenían que ver con lo entrerriano, un zorro, un camalote. Si bien después abandonamos ese proyecto, de alguna manera lo utilicé en el documental. Escribí el texto, Selva me ayudó a trabajarlo y hay una voz en off que está con sintetizadores que es la de ella”, cuenta Schonfeld.
Además, el documental se vale de material de archivo. Puede verse, por ejemplo, un video de 1998 en donde Silvia Pérez Simondini cuenta que hacía siete años había comenzado a investigar el fenómeno Ovni en Victoria. Hay, también, imágenes de distintos avistamientos desde la estación espacial, luces que no están reconocidas como tales y satélites.
“Usamos todo el material de archivo que tiene que ver con la investigación como una fuente expresiva, porque todas esas imágenes tenían algo muy potente, muy poético, muy expresivo, los colores, las texturas; mientras ellas lo usaban para investigar, nosotros nos quedábamos fascinados con las formas, y queríamos que eso también forme parte de la película”, dice Schonfeld.
El documental nunca establece un juicio de valor sobre esas imágenes, no hay distancia, pero tampoco hay apego, más bien la cámara sigue a Silvia y Andrea en su aventura. “Eso tiene que ver con lo que el equipo creía respecto al fenómeno extraterrestre. Hay evidencias, cada vez son más contundentes, pero no terminan de ser del todo claras. Al mismo tiempo, la gente también tiene una necesidad muy grande de creer. Silvia y Andrea descartan el 90 % de los casos que les llegan. A veces, la misma persona que envió un registro fotográfico, se enoja cuando le dicen que no se corresponde con un fenómeno extraterrestre. La necesidad de creer es una inercia en la vida de todos y es muy difícil después desmaterializar esa idea”, afirma.
En el marco del ciclo Cine.Ar, a partir de una colaboración entre el CCK y el INCAA, Luminum se proyectará todos los viernes de agosto a las 19 horas en el Centro Cultural Kirchner.
“El espacio de cine en el Kirchner abarca varias aristas. Por un lado, cobijamos y coproducimos festivales. Por el otro lado, tenemos también un área de producciones con archivos tutoriadas en colaboración con el AGN. Además, dos salas de cine funcionan todos los viernes, sábados y domingos del año. Una sala está destinada a Filmoteca en vivo, donde proyectamos los clásicos, y la otra sala está dispuesta para ver cine contemporáneo argentino y una serie de ciclos con distintas embajadas o institutos culturales”, dice a Tiempo Amparo Aguilar, coordinadora del ciclo Cine.Ar.
“Abrimos este espacio pensando en el cambio de paradigma que está sucediendo en el mundo audiovisual, lo cual hace que sea necesario la intervención pública de salas curadas a consciencia, pensando en los espectadores, pensando en generar audiencia, pensando en construir un vínculo sostenido con el público y con los realizadores y realizadoras, para que el evento comunitario de ver una película en la sala y poder debatirla después, produzca un efecto distinto cuando se trata de una proyección compartida con otres. En ese sentido, que sean salas de acceso gratuito para el público es una forma de poder repensar el paradigma. Hay algo democratizador en las plataformas y en ese en marco el cine como evento social de encuentro empieza a relacionarse más con lo que sucede con la música en vivo, poner el cuerpo en una sala y la disposición de estar con otras es algo que es un valor, y no necesariamente todos los espectadores de contenidos audiovisuales lo demandan, pero para aquellos que lo demandan, verlo en el cine produce otras cosas”, cierra Aguilar.
Con entrada libre y gratuita, Luminum puede verse todos los viernes de agosto a las 19 horas en el Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151, CABA)
Durante el mes de septiembre, se proyectarán los filmes Barrio Modelo, de Mara Pescio (los viernes a las 19), y La bruja de Hitler de Virna Molina y Ernesto Ardito (los sábados a las 19
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