El 4 de julio de 2016 nació Futurock. Sus integrantes la definían como “una radio nueva en muchos sentidos”. “Somos –afirmaban- la primera radio profesional por Internet de Argentina. Pero sobre todos somos una radio donde decimos lo que queremos, en libertad, sin condicionamientos. Futurock es una voz disruptiva en un momento donde los medios dejaron de serlo.”
De este proyecto original surgió otro, Futurock Ediciones. “Nació en 2016 con el proyecto de hacer un libro específico, Lecturas feministas de Gabriela Borrelli, –le cuenta a Tiempo Argentino Leila Gamba, su coordinadora y editora, egresada de la carrera de Edición de la UBA y licenciada en Comunicación por la UNSAM. El proyecto fue en principio editar solo ese libro. Pero cundo salió tuvo una aceptación tal que superó nuestras expectativas y entendimos que había un público de la radio al que el proyecto Futurock le estaba llegando y que estaba ávido de recibir ciertas lecturas. Era evidente que el mercado editorial no le estaba hablando a ese público. Vimos que había una suerte de nicho al que podíamos responder, sobre todo porque teníamos una ventaja competitiva muy grande en relación al mercado editorial que es la comunicación. Muchas veces las editoriales se embarcan en proyectos muy interesantes, pero a la hora de salir a buscar lectores, la comunicación es compleja. En este sentido Futurock tiene la radio, que es un medio muy masivo y, sobre todo, la comunidad que banca la radio que es un público muy fiel. Es una comunidad de oyentes, de socios, que hacen un aporte económico mensual y ese es el principal sustento de la radio..”
El perfil de quienes escuchan y también leen Futurock es bien definido. La mayoría son personas de entre 18 y 35 años, que tienen un cierto compromiso político y social. Generalmente, pertenecen a grandes centros urbanos, aunque Futurock está logrando federalizar el proyecto. Esto sucede con la radio y también con la editorial. ”Nuestra comunidad –dice Leila- confía en nuestro proyecto, lo que desde la editorial nos permite pensar y proyectar con la tranquilidad de saber que el público va a tener interés en consumir lo que produzcamos. Eso es una ventaja enorme a la hora de pensar proyectos editoriales. Si bien la editorial funciona en la radio y con personas vinculadas a ella, está adquiriendo una identidad más independiente, se está haciendo un lugar dentro del campo editorial un poco más escindida de lo que es el medio Futurock.”
También el catálogo de la editorial tiene un perfil definido. “Nuestra gran fortaleza –aclara Leila- es la investigación periodística y la no ficción, aunque publicamos algunas novelas y ahora estamos impulsando el Premio de Novela. Por el origen mismo de la editorial, lo periodístico es lo más fuerte. Nos interesan, obviamente, los temas que supongan un posicionamiento y un compromiso en relación con la sociedad, un compromiso político. Todos nuestros libros parten de una mirada política y tienen algo para decir. No publicamos libros que sean inocentes o simplemente de divulgación. Hace poco publicamos un libro al que le fue muy bien, Periodistán, de Alejandro Duclos, que uno podría pensar que es un libro de viajes, un recorrido por la ruta de la seda y, sin embargo, tiene un fuerte posicionamiento político en relación a cómo Occidente mira a Oriente, sobre la posición de las mujeres en las sociedades orientales. Este es el tipo de búsqueda que hacemos desde la editorial, publicar libros que tengan un compromiso y una posición.”
Desde lo empresarial, Ediciones Futurock también quebró el esquema tradicional en que el escritor suele ser el que aporta el trabajo y solo recibe un porcentaje pequeño sobre el precio de tapa de cada libro que se vende. Leila explica el modo de trabajo de Futurock Ediciones que es completamente distinto: «En este sentido, como empresa, la editorial se mueve de una manera diferente porque sabe que contamos con el apoyo de la comunidad y, precisamente por eso, nos interesa hacer las cosas de una manera distinta, porque entendemos que hay injusticias muy grandes dentro de industria editorial, por lo que nosotros firmamos contratos con los autores en que las ganancias se dividen en partes iguales entre la editorial y ellos. Esto es algo prácticamente inédito en el mundo editorial y lo hacemos porque pensamos que se pueden vender muchos libros y hacer una editorial que sea económicamente viable proponiendo un pacto más justo con los autores. Nos parece muy injusto que una persona no pueda percibir una ganancia sustancial por un trabajo que posiblemente le llevó años. Creemos que eso lleva a que puedan dedicarse a escribir solo unos pocos, los que realmente pueden bancarse económicamente mientras laburan un montón de tiempo en un libro. En última instancia, esos pactos tan injustos terminan achicando la cantidad de voces que hay, la cantidad de autores que podemos leer. Por eso, la ambición más grande de la editorial es demostrar que se pueden hacer otros pactos. En este mismo sentido, también los precios de nuestros libros son accesibles porque también proponemos otros pactos con el lector. Confiamos en que a nuestros libros los va a leer mucha gente precisamente porque hay mucha gente que sigue el proyecto, pero para que eso suceda también tenemos que poder tener un precio que no sea una locura.”
Como no podía ser de otro modo, también la distribución, que por su costo suele ser el punto débil de las editoriales pequeñas, es distinta. Y este es un punto crucial para las editoriales porque sin una distribución adecuada en todo el país, es imposible difundir los libros y crecer. “Lo de compartir las ganancias en partes iguales con los autores –cuenta la editora lo podemos hacer porque tenemos una distribución diferente. Cuando la editorial empezó y hasta el año pasado vendíamos únicamente de manera directa por nuestra página web, con envío a todo el país. Pero como el país es muy grande y los costos del correo son altísimos, era muy difícil llegar al interior. Mandar un libro a la Patagonia, por ejemplo, salía más caro que el libro mismo. Entonces nos dimos cuenta de que teníamos que empezar a establecer alianzas con librerías. Nosotros vamos a buscar una por una las librerías, les contamos del proyecto, tratamos de hacer un acuerdo que nos permita a nosotros seguir haciendo lo que hacemos y que también sea ventajoso para ellas. Hasta ahora todo va saliendo muy bien. Las librerías responden, la mayoría están interesadas en recibir los libros. Es mucho más trabajo para nosotros no tener una distribuidora, pero sería imposible tenerla en este modelo de negocio porque las distribuidoras se quedan con un gran porcentaje.
En cuanto a su catálogo, explica: “En diciembre publicamos Mostras del rock de Barbi Recanati que fue el libro número 11 de la editorial. Este año pensamos publicar varios títulos más, y, obviamente, la novela que resulte ganadora del certamen. Hasta el momento hemos publicado cuatro novelas. Las dos primeras fueron la ganadora y la mención del Premio Futurock de Novela 2019. Las otras dos no tenían que ver con el Premio y fueron Todo esto, de Ayelén Vázquez y el último libro de Juan Diego Incardona, La culpa fue de la noche.”
En este momento la editorial está dedicada a la preparación de la segunda edición del Premio Futurock de Novela. En la primera, que fue en 2019, el jurado estuvo integrado por Gabriela Cabezón Cámara, Mariana Enríquez y Juan Diego Incardona. En esa oportunidad, resultó ganadora la novela Donde mueren las mariposas de Belén Longo. Esta nueva edición también tendrá un jurado de lujo integrado por Claudia Piñeiro, Sergio Bizzio y Fabián Casas.
Hasta el momento han recibido 300 originales, pero seguramente hasta el 10 de mayo, momento en que se cierra la convocatoria, recibirán muchos más. Mientras tanto, el jurado de preselección está trabajando duro para presentar ante el jurado definitivo quince novelas. El autor o autora que gane el certamen recibirá 500.000 pesos y su novela será editada por Futurock. Es posible que, si el jurado lo considera, haya también una mención especial. “Creemos que los premios literarios –dice Leila – son piezas fundamentales para encontrar voces nuevas que no tienen los contactos para editar. Además, los premios son una especie en extinción. No hay muchos para novelas inéditas y los que hay están vinculados a otro tipo de empresas y nosotros queríamos hacer un premio que estuviera a la altura de nuestras aspiraciones, con un jurado que estuviera a la altura y con una remuneración que también lo estuviera “.
En el momento más crítico de la industria editorial sorprende que un proyecto crezca. Suele decirse que las crisis aguzan la imaginación y este parece ser el caso. Con un nuevo modelo de negocio, la editorial Futurock “es un proyecto exitoso, que deja dinero para los autores y para que la editorial pueda aspirar a seguir creciendo.”
Hasta el 10 de mayo se reciben originales en futurock.fm/novelas.