«En este momento estoy sintiendo un desasosiego bastante parecido en el aspecto cultural al que había en la época en la que gobernaba Menem. Recuerdo que para esa época grabé un disco que tenía como título Living in the 5th World porque sentía que estábamos viviendo en el quinto mundo. Para poder hacerlo pedí un préstamo al Fondo Nacional de la Artes y al Banco Provincia, en donde me inscribí como si fuera a encarar un micro emprendimiento. Tardé quince años en devolver esos préstamos. Pero me jugué porque creo que la única manera de enfrentar estas crisis es crear con todo lo que uno tiene a mano».
Quien cuenta esta historia es el músico y actor marplatense Luis Caro, quien acaba de publicar un disco-libro titulado País semejante.
Caro, a quien le cabe de manera total la palabra artista, se embarcó a lo largo de su vida en diversos proyectos vinculados al teatro, la música, los títeres y la creación de espacios y fundaciones culturales.
Emprendedor e inquieto, el exilio lo transformó en un artista trashumante lo que lo llevó a entablar diálogos con diversas culturas latinoamericanas y europeas.
En su trayectoria compartió escenarios con personalidades como Mercedes Sosa, Joan Manuel Serrat, Nicomedes Santa Cruz, Amparo Ochoa, Soledad Bravo, Pedro Luis Ferrer, Sara González, Los Jaivas, Victor Heredia, Fito Páez, Facundo Cabral y Polo Montañez, entre otros artistas.
En su flamante trabajo discográfico aborda quince canciones del repertorio popular argentino como «De Simoca» (Chango Rodríguez), «Coplitas para mi canto» (Carlos Di Fulvio), «La Juana» (María Elena Walsh), «Según me brotan las coplas» (Polo Giménez), «Quime y Neuquén» (Milton Aguilar / Marcelo Berbel), «Guitarra dímelo tú» (Atahualpa Yupanqui) o «Milonga de pelo largo» (Gastón Ciarlo), entre otras.
El tratamiento sonoro que aportan Fermín Ferraris en piano y arreglos, Nico Pasetti en contrabajo y Juan Manuel Carotenuto en batería y producción musical le dan a las canciones interpretadas por Caro, un marco de intimidad cercano al jazz. Este marco es el adecuado para un intérprete que «dice» las letras de manera expresiva sin necesidad de apelar a estridencias.
El arte gráfico del libro, que registra las letras de las canciones, cuenta con ilustraciones creadas especialmente para la publicación a cargo de renombrados artistas plásticos, entre los que figuran nada menos que Carlos Alonso, Felipe Giménez, Jorge Salas, Diego García Conde, Jorge Ilenfheld, Carlos Del Río, Pipo Latorre, Miguel Canatakis, Flor Alonso, Cristian Dalgaard y Néstor Villa Errecart.
Incluye, además, fragmento de textos seleccionados de distintos escritores (Fernando Birri, Olga Orozco, Juan Gelman, César Vallejo, Fernando Pessoa, Jorge Luis Borges, Leónidas Lamborghini, Pablo Neruda, Francisco de Quevedo, Antonio Machado, entre otros). A esto se suman comentarios sobre algunas de las canciones realizados por Víctor Bidart, José Antonio Román, Carlos Polimeni, Sonnia De Monte, Rafael Bielsa y Nino Ramella.
«Siempre sentí el compromiso social que tiene la cultura. Por este motivo trabajé muchos años en Mar del Plata en barrios carenciados, escuelas o fundaciones. Lo hice junto a titiriteros, grupos de teatro y músicos «, dice Caro.
– ¿Creés entonces que este es un momento propicio como para activar acciones que lleven la cultura a toda la población?
– Considero que sí, pese a que existe ese desasosiego al estilo del que menciona Pessoa. Veo que muchos colegas artistas no se animan a encarar proyectos mínimos y bajan los brazos. Hay un clima brumoso en estos momentos que no se instala de manera inocente. Y para iluminar estos momentos es necesario ponerse en marcha.
– ¿Esto te impulsó a publicar este nuevo disco-libro?
– Tuve la imperiosa necesidad de hacerlo. Es mi trabajo número quince desde que apareció mi primer álbum, «El cantar tiene sentido», que es de 1982. Fijate de qué año estamos hablando: dictadura, Malvinas… Y el título de ese trabajo no era casual, ya que lo único que me podía sostener era cantar.
– ¿Y hoy cantar tiene sentido?
– No solo lo tiene sino que también es necesario. Para encarar este nuevo trabajo volví a mis orígenes en todo sentido. Mi ciudad, Mar del Plata, creció al calor de los inmigrantes, aquellos que venían a trabajar de pescadores o a instalar sus negocios. Yo vivía en un barrio en el que se respiraba esa Babel de voces, sonidos y músicas de diversos lugares. Y crecí escuchando el folklore que en los sesenta y setenta representaba un soplo de aire nuevo para nuestro país y la región.
– El repertorio del disco tiene una unidad conceptual y genera un relato de esa época pero traído al presente.
– La selección de temas, los fragmentos de textos, los escritos de algunos autores amigos y las ilustraciones de los artistas plásticos que convoqué para el proyecto redondean la propuesta del álbum. En lo musical pienso que está representada toda nuestra geografía. Todo este material está «cosido» desde lo artístico como un reconocimiento a mis raíces culturales y sociales. Pero lo hago desde mi presente y apostando a lo que está por venir. No es un ejercicio de nostalgia. País semejante significa para mí compartir con la gente lo que se, lo que fui y también lo que soy.
– ¿Las canciones del disco representan a la vanguardia de la música popular de los 60 y los 70?
– En aquel momento Ricardo Piglia decía que había tres vanguardias literarias que estaban representadas por Juan José Saer, Manuel Puig y Rodolfo Walsh. Pero estas no habrían aparecido si antes no hubieran existido Macedonio Fernández, Jorge Luis Borges, Roberto Arlt o Julio Cortázar. En la música popular este impulso vanguardista generó la aparición de artistas y compositores como los que versiono en el disco. No sé si esa vanguardia que hubo en la música popular influye en la actualidad, pero siento que sin duda algo nuevo se está gestando. Y esto da una gran esperanza.
Luis Caro presenta País semejante este sábado 13 de abril, a las 21, en Café Vinilo, Gorriti 3780, Palermo, CABA. 4866-6510, http://www.cafevinilo.com.ar