En un país en el que, con cierta frecuencia, el negocio inmobiliario y la desidia suelen ganarle la partida a la memoria cultural, hay un hecho que merece ser celebrado: la casa natal de María Elena Walsh ya es un museo interactivo.
La inauguración oficial tuvo lugar ayer, 17 de julio. Con la presencia del ministro de Cultura de la Nación, en la casa ubicada Tres de Febrero 547, en el barrio Villa Sarmiento de la ciudad de Morón, la casa donde el 1º de febrero de 1930 naciera la escritora, poeta cantante y compositora , se convirtió oficialmente en la Casa Museo María Elena Walsh.
Pero, claro, esta inauguración tiene su historia y está relacionada con la voluntad política de ganar para la comunidad un bien que estaba destinado a la demolición y, paralelamente, a la pérdida de la historia de que allí vivió una de las figuras más representativas de nuestra identidad nacional. A veces, como en este caso, una casa puede ser mucho más que una casa y, afortunadamente, las autoridades correspondientes lo entendieron así.
En 2021, en el patio mismo de esa casa con las paredes descascaradas y el hierro de las ventanas oxidado, el ministro Tristán Bauer anunció que la casa se convertiría en museo y pasaría a integrar el patrimonio nacional gracias a una acción conjunta del Ministerio de Cultura de la Nación, el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la Provincia de Buenos Aires y el Municipio de Morón. En ese momento, se firmó la escritura a nombre del Municipio de Morón previo a un acuerdo establecido entre el ministro Tristán Bauer y el intendente Lucas Ghi.
Hace muy pocos días, durante la inauguración de la Feria del Libro Infantil y Juvenil en el Centro Cultural Néstor Kirchner, el ministro de Cultura anunció la fecha de la inauguración y se refirió a la historia de esa casa cargada de memoria.
En una visita a la vivienda amenazada por la picota Bauer le había dicho a Ghi: “ni vos ni yo podemos permitir esto” y fue así que nació la idea de convertir esa casa en una casa- museo. El Ministerio de Cultura de la Nación giró los fondos y hoy la casa-museo es una realidad y, a partir de mañana, miércoles 19 de julio, el público podrá visitarla de 9 a 18.
Un proyecto que se hizo realidad
Cuando la familia Walsh se mudó de esa casa de Morón a otra ubicada en Ramos Mejía, María Elena tenía 14 años y era una adolescente llena de sueños y de creatividad. Según lo dijo Bauer en la inauguración de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, en un momento se creyó que la casa de Morón había sido su casa de infancia, pero se ignoraba que había sido también el lugar en que vivía la familia cuando ella nació, hasta que se encontró un documentó que así lo atestiguaba.
La casa restaurada y convertida en museo, por lo tanto, es la que fue testigo de su advenimiento al mundo, sus primeros pasos, sus años escolares y su primera adolescencia.
Del emocionado acto de apertura participaron el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer; la presidenta del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, Florencia Saintout; el intendente de Morón, Lucas Ghi y Lorena Riesgo, subsecretaria de Promoción Sociocultural del Instituto Cultural bonaerense, a cargo de la parte museológica.
Estuvieron presentes, además, la titular de ANSES, Fernanda Raverta; el presidente de ACUMAR, Martín Sabelleta; la asesora del Instituto Cultural a cargo del proyecto de contenidos museológicos, Silvana Soria; el director del Banco Central, Miguel Pesce y Maximiliano Walsh, sobrino de la cantautora.
“Levantar el nombre de Maria Elena Walsh –dijo Florencia Saintout- hacerlo un nombre de la comunidad, es también levantar el nombre de aquella que siempre peleó por todas las libertades, que a través de la belleza construyó un lugar común”
Por su parte, Bauer aseguró: “Esta casa museo es para que quienes vengan a visitarlo redescubran o descubran la figura de María Elena y que en sus corazones se siembre una semilla”.
“Agradezco profundamente –expresó el intendente de Morón- a todos los actores que intervinieron desde el primer momento para que hoy estemos regalando esta casa al pueblo de Morón, al pueblo de la provincia de Buenos Aires y a la Argentina toda”.
Participaron del acto los Tamborcitos del EcunHi, y el cierre del acto estuvo a cargo nada menos que de León Gieco y Teresa Parodi.
Un recorrido por la casa
El hogar natal de María Elena tiene aproximadamente 200 metros cubiertos más un taller bastante grande ubicado en la parte de atrás. Se accede a ella por una sencilla puerta de madera con aldaba. Las ventanas tienen rejas voladas de aire colonial. Su aspecto no es diferente del resto de las casas de la época que se encuentran en la zona. Sobre esa estructura original, que trató de respetarse al máximo, se hicieron adaptaciones que la hacen apta para ser recorrida por los chicos de la zona, por las escuelas y por todos los vecinos que quieran acercarse. La idea es coherente con el carácter convocante que tuvo la autora de El mundo del revés, cuya producción atravesó distintas realidades sociales y generaciones.
La casa se encontraba semiderruida, las paredes estaban grises y descascaradas, algunos techos se encontraban caídos y la hierba crecía en algunos muros interiores debido a la acción de la lluvia. En ese estado resultaba inhabitable y exigió un gran trabajo de restauración que hizo que la melancolía de esa casa deshabitada se convirtiera en una atmósfera alegre y calidad de colores fuertes.
Fuera de la casa recibe al visitante una escultura de María Elena sentada, como si los estuviera esperando.
Una voz que emula la de ella recorre su biografía en una línea de tiempo quebrada y divertida que enumera los principales hitos de su vida. También hay elementos con los que los visitantes pueden interactuar: desde un xilofón hasta un reloj y una campana.
Durante el recorrido inaugural sonaron las canciones de María Elena que se convirtieron en verdaderos himnos para varias generaciones.
Otro espacio evoca la vida de sus padres. En la bañera llena de agua nada la famosa tortuga Manuelita, la que vivía en Pehuajó y viajó a París para hacerse un tratamiento de belleza.
La que fuera la habitación de María Elena luce un empapelado de rosas y diversos elementos recrean lúdicamente las costumbres de la familia Walsh.
Alejado de toda solemnidad, el espacio invita a ser recorrido y a interactuar con él porque más allá de la reconstrucción de la casa, lo que se logró es un verdadero calor de hogar para que lo disfruten sus visitantes. En ella estamos todos invitados a tomar el té.
Carolina Ragazzon
18 July 2023 - 16:40
Ojalá hagan un sitio interactivo para poder recorrerlo sin viajar. Así se divulga la cultura.