Parafraseando la famosa novela de Ernest Hemingway, esta nota podría tener por título “La Biblioteca Nacional era una fiesta”. El miércoles casi a las 19:30, media hora después del horario anunciado, comenzó el acto convocado por el nuevo director de la Biblioteca Nacional (BN), Juan Sasturain, y que fue calificado por los organizadores como “conferencia de prensa” aunque en rigor, y por suerte, no fue tal cosa.
La prensa era solo una parte de la concurrencia. El resto estaba conformado por exfuncionarios del gobierno kirchnerista, artistas, figuras de la cultura y gente cercana a la BN y a su nuevo director. Entre ellos se contaron el exdirector Nacional de Industrias Culturales Rodolfo Hamawi, los editores Daniel Divinsky, Paola Lucantis y Julieta Obedman; los escritores Alvaro Abos, Pablo de Santis, Vicente Battista, Luisa Valenzuela, Claudia Piñeiro, Elsa Osorio; la directora del Plan Nacional de Lecturas, Natalia Porta López; el músico Tata Cedrón, y el director del Museo Nacional de Bellas Artes, Andrés Duprat.
Lo más significativo fue que, terminadas las exposiciones, se dio por concluido el acto sin que la prensa formulara preguntas. Lo que sucedió nada tenía que ver con esa práctica periodística formal y un tanto soporífera mediante la cual funcionarios u otro tipo de figuras públicas hacen anuncios respecto de su gestión. El clima de euforia era generalizado y Juan Sasturain lo reforzó con una exposición tan divertida y con tal naturalidad que no cesó de arrancar carcajadas.
Acompañado en la mesa por la nueva vicedirectora de la BN Elsa Rapetti; Gillermo David del área de Dirección de Coordinación Cultural y Roberto Arno, director de Coordinación Administrativa, comenzó diciendo: “Estoy muy contento de estar acá rodeado de amigos, que no es poco. Amigos sentados al lado mío, amigos enfrente y a los costados. Para eso hemos hecho este acto. Esto es más un cumpleaños que otra cosa”. Por un pequeño problema de salud estaba ausente Horacio González que, como se había anunciado hacia muy poco, volverá a la BN para hacerse cargo del sector editorial. “Antes de aceptar la propuesta –dijo Sasturain- me aclaró cuatro veces que lo haría ad honorem”.
También faltó a la cita María Moreno, quien estará al frente del Museo del Libro y de la Lengua. “Tristán», dijo Sasturain refiriéndose al ministro de Cultura Tristán Bauer, «no vino porque esta no es una ceremonia oficial y no corresponde, pero como él mira las resoluciones oficiales y esas cosas, me dijo que todavía no estamos nombrados. De modo que esta banda de impostores –dijo refiriéndose a quienes lo acompañaban en la mesa- está esperando que me nombren a mí para que yo los pueda nombrar. Pero nosotros somos de la estirpe de uno de los personajes de nuestros grandes narradores, el ingenioso hidalgo Eduardo Belgrano Rawson, que le hace decir a uno de sus personajes: ‘Vayamos fusilando mientras llega la orden’. Este año lo vamos a convocar para que hable de sus parientes. Quién puede llamarse Belgrano Rawson, dos calles en un solo apellido.»
Antes de informar sobre los lineamientos que tendrá su gestión al frente de la BN, dijo haber visto a varios con saco, lo que lo hizo recordar lo que decía un amigo suyo: “A varios no les conocía el saco. Se los vi hoy por primera vez. Me acordé de lo que decía mi amigo, el gordo Eduardo Chimirri, un personaje extraordinario: ‘siempre hay que tener un saco para asumir’. Aunque uno esté en la lona siempre tiene que tener un saco para asumir. ¿Asumir qué? Lo que te toque. Por ahí alguien se equivoca y te hace asumir en algún lado. Yo siempre tengo un saco, pero no pensé que iba a tener que usarlo en estas circunstancias».
A continuación contó que dos días antes había tenido una reunión similar con todo el personal de la BN en la que hizo algo similar a lo que estaba haciendo en ese momento: presentarse y presentar a quienes lo acompañarán. “Lo primero que quiero decir es que nos debemos a las personas que trabajan con nosotros. Aquí laburan 800 tipos, una barbaridad. Yo soy aquí el único paracaidista. Ellos son los que saben. Por lo que he pasado del ataque de pánico a una serena inconsciencia que es la que rige mi pensamiento en este momento».
Más adelante agregó: “Conservar los puestos de trabajo es una garantía que les hemos dado a todos aquellos que están aquí (…) La prioridad va a ser –y voy a usar una palabra tonta- que el capital humano no se desvalorice y que podamos mejorar las condiciones de aquellos que están más relegados que otros no poniendo cargos por arriba en lo que se llama la raviolera, sino dándoles un poco más de aire a aquellos que más lo necesitan. Con lo cual no inventamos nada, porque ése es el espíritu que alienta al gobierno y a las políticas nacionales con las que estamos totalmente identificados. Yo estoy acá básicamente porque le creo a Alberto”.
Más tarde agregó: “Sin hacer balances retrospectivos, porque una de nuestras consignas es no llorar ni hacia adentro ni hacia afuera, queremos sacarle el jugo a la biblioteca, recuperar aquellas zonas que se habían dejado secar por abandono o por negligencia, por una pseudo política cultural mal entendida. Esto abarca tanto un aspecto groseramente edilicio que no es algo tan importante como aspectos sí muy importantes que tienen que ver con la gestión, con la creatividad cultural”.
Sasturain ubicó al Museo del Libro y de la Lengua en una de esas áreas de abandono que ya se está haciendo funcionar. También el área editorial volverá a trabajar a pleno. “A lo largo de la gestión de González –afirmó- se convirtió en la única editorial del Estado que generaba textos en forma sistemática y valiosa. Se editaron 400 títulos que no eran publicaciones formales que luego no circulan. Las condiciones, obviamente, no son las mismas porque las posibilidades de editar esos volúmenes en este momento están muy restringidas respecto de las que existieron casi una década atrás.”
La mención de Horacio González a cargo de esa tarea generó aplausos de todos los presentes.
Otro anuncio fue el regreso a la Feria del Libro no con un stand propio porque es muy caro, sino dentro del de Cultura y Educación. “Nunca tendríamos que haber dejado de ir. Fue una vergüenza que la Biblioteca no estuviera en la Feria”.
Por último anunció que se están haciendo las gestiones necesarias para que el histórico anexo de la BN de la calle México, tan asociado con las figuras de Groussac y de Borges, siga formando parte orgánica de la biblioteca.
Antes de dar la palabra a quienes lo acompañaban en la mesa, Sasturain expresó que “esta va a ser la biblioteca de todos, es absolutamente para todos. Van a estar todos los tipos de pensamiento, vamos a estar los de un palo y del otro palo y los que se excluyan será por su propia voluntad. Los cursos que hagamos y los debates van a estar abiertos a la riquísima diversidad del pensamiento argentino. Vamos a trabajar con todas las instituciones, las afines y no tan afines, instituciones públicas y privadas, trabajaremos con la Ciudad de Buenos Aires con la que tenemos muchas cosas por hacer juntos como con la provincia y las entidades privadas”.
Rapetti se refirió a su larga trayectoria en la BN, del momento en que el edificio aún no estaba del todo terminado y tenían que transportar los libros en grandes bolsas. ”Esta va a ser la gestión de Juan y yo quiero que la gestión de Juan brille”. Anunció que «están empezando a llegar 7.000.000 de dólares que obtuvimos de un crédito que nos otorgaron para obras y equipamiento. Lo va a pagar Nación a lo largo de 20 años y lo vamos a usar para que la Biblioteca deje de ser esa gran biblioteca de la ciudad de Buenos Aires y empiece a tener un concepto más federal recuperando esto de ‘nacional’ pero desde la federalización con todas las instituciones del país».
Arno contó que había desempeñado el cargo para el cual se lo convocó nuevamente, entre 2006 y 2015, durante la gestión de Horacio González. “En ese momento –afirmó- también nos tocó recibir una biblioteca bastante golpeada y entre todos la fuimos poniendo, como dijo Elsa, a la vanguardia de Latinoamérica. Este nuevo desafío hay que enfrentarlo con lucidez, con entereza y con pasión, porque sin pasión no se llega a nada”.
David puso el foco en el objetivo fundamental de la Biblioteca que es “formar lectores, porque sin lectores no hay Nación” y caracterizó el presente, luego de cuatro años oscuros para la Biblioteca y la Nación, como un “momento de peligro y en los momentos de peligro, como decía Walter Benjamin, se acrecientan nuestras potencialiades.”
Terminadas las exposiciones que fueron breves, el público permaneció en la sala mucho tiempo conversando y, sobre todo, festejando ese cumpleaños sui generis que desplazó a la anunciada conferencia de prensa.