“¿Por qué en Argentina no existen libros de partituras (Real Books) de los distintos géneros nacionales, en especial, de jazz?” se preguntó el músico y compositor argentino Esteban Sehinkman cuando volvió al país en 2004 luego de haber residido varios años en Europa.

Esta pregunta lo motivó a emprender una quijotesca aventura: recopilar y difundir música escrita por compositores enrolados dentro de las vastas fronteras estilísticas del jazz argentino. El proyecto se cristalizó en 2008 con la publicación del primer volumen de Real Book Argentina (RBA).

Luego de este primer gran paso, Sehinkman se embarcó en la preparación del Real Book Argentina Volumen 2, que incluyó alrededor de 350 obras de compositores y compositoras de jazz argentino y que ya está disponible para libre descarga aquí

Este nuevo volumen se presentará en el marco del Festival BA Jazz,

Este trabajo de recopilación y difusión del jazz vernáculo es de gran importancia para nuestro patrimonio musical e incluye obras de Oscar Alemán, Dino Saluzzi, Litto Nebbia, Pablo Ziegler, Norberto Minichilo, Sergio Mihanovich, Walter Malosetti, Fats Fernández, Raúl Carnota, Hugo Fattoruso, Daniel Maza, Mono Fontana, Adrián Iaies, Lilián Saba, Javier Malosetti, Enrique Norris, Juan Raffo, Marcelo Moguilevsky, Gabriel Senanes, Diego Schissi, Guillermo Klein, Diego Urcola, Sofía Rei, Nicolás Guerschberg, Hernán Jacinto, Mariano Otero, Nico Sorín y Leo Genovese, entre otros.

Tiempo dialogó con el músico, quien cuenta detalles de este importante trabajo de recopilación e investigación de un género que tiene creadores e intérpretes de nivel internacional.

-¿De qué manera surgió Real Books Argetina para compilar partituras de jazz?

-Yo viví en el exterior hasta 2004. Cuando volví daba clases y en las bibliotecas de los lugares en donde las daba había real books tradicionales con partituras de las obras de Broadway, o cancioneros de música brasileña. Sólo tenías acceso a eso y debías trabajar sobre el análisis y la interpretación de esa música que estaba ahí. Y me empecé a preguntar por qué nosotros, con la cantidad de compositores que hay en nuestro país, no tenemos un libro propio en donde podamos agrupar toda esta música para que esté disponible también en las bibliotecas de las escuelas y que sean material de referencia.

Otra intención del libro es generar un material pedagógico que quede disponible para que se aproveche en el sistema educativo musical porque todavía estamos muy pegados al material de estudio de afuera. Esto es algo que va a tardar, pero me encantaría que en algún momento haya más cátedras dedicadas al jazz argentino, porque los pibes, van a poder capitalizar mejor la edificación del futuro de nuestra música

En la música todavía nos movemos con un sistema eurocentrista. Por esto creo que hay que mirar el ejemplo de Brasil. La música brasileña es muy rica porque en ese país se ocuparon a fomentar su cine, su música y su cultura desde los 50. Encendés una radio en Brasil y lo que suena es música brasileña. El trabajo que se hizo fomentando el movimiento de la Música Popular Brasileña (MPB) fue fundamental para su crecimiento y su expansión.

-¿Qué alcance pensás que puede tener un proyecto como Real Book Argentina?

-Este segundo libro es la punta del iceberg de todo lo que se produce a nivel del jazz en Argentina. Es una recopilación que pone por escrito y manifiesta la música de jazz que circula y muestra la originalidad y la creatividad de nuestros compositores.

Además, gracias a la tecnología actual, los dos volúmenes son de libre acceso y descarga. Y esto es posible porque quienes lo hicimos no tenemos un afán de lucro, lo consideramos como un trabajo cooperativo: yo tomo el aporte del compositor, en este caso la partitura, la trascribimos, la digitalizamos y está a disposición para todo aquel que la quiera descargar.

-Da la sensación de que tuviste un amplio apoyo de parte de los compositores que aportaron sus obras para el proyecto.

-Siento que no hubo mezquindades de ningún tipo a la hora de entregarnos el material. Y creo que no las puede haber cuando se está haciendo un trabajo colectivo. Para esta recopilación dependés de la colaboración y del intercambio que hacés con un pianista, un guitarrista o, en algunos casos, con los descendientes de los compositores que ya han fallecido. Todo esto que logramos es el resultado del trabajo del conjunto.

-¿Cómo fue el trabajo de recopilación y edición de tan importante cantidad de partituras?

-El primer volumen de Real Book Argentina salió en 2008. En la época en que hice esa primera recopilación, el trabajo era en gran parte “analógico”. Muchas partituras estaban escritas a mano. En ese entonces me contacté con compositores de generaciones anteriores a la mía y pasaba por la casa del compositor, que me comentaba algunos aspectos de los arreglos, la historia del tema o elementos que tenían que ver con cosas técnicas de la partitura.

Algunos originales de esas partituras tenían agregados como dedicatorias, anotaciones o la formación de la agrupación con la que el compositor tocaba. Luego estos originales fueron derivados a copistas que elaboraron los originales para su edición en PDF y su posterior impresión. Hoy tenemos la posibilidad de que se puede bajar los libros completos o solamente la obra que te interese en nuestra página web.

-En el listado de compositores aparecen algunos que, en cierto modo, no pertenecen de manera específica al jazz.

-Eso es verdad. Por ejemplo, “Cuenta conmigo” de Chico Novarro, no es esencialmente una pieza de jazz pero se incluyó en el libro porque está en el borde del bolero, casi lindando con la armonía jazzística.

-¿Creés que el jazz argentino consiguió un estilo propio que puede ser reconocido entre los de otras latitudes?

-Pienso que el jazz en nuestro país tiene una historia muy rica y una evolución constante gracias a muchos músicos. Por ejemplo, yo tuve la fortuna de tener a profesores como Rodolfo Alchourron, quien estaba en la Escuela de Música Popular de Avellaneda. El contacto con músicos de otras generaciones como Walter Malosetti me permitió acercarme a otros compositores de otras épocas que aportaron su personalidad musical al género en nuestro país.

Ricardo Pellican, que pertenece a la generación de los 70, creo que hizo un aporte importante a la escena y a la evolución del jazz de esa época, en la que trabajaban a full con músicos como los hermanos López Ruiz, Carlos “Pocho” Lapouble, Jorge “Negro” González o Néstor Astarita, entre muchos otros.

También considero que, a pesar de provenir del rock, músicos como el “Mono” Fontana también contribuyeron a generar el sostén para el surgimiento de toda una nueva generación con tanta personalidad como la que tiene el género en estos momentos.

La idea del proyecto Real Book Argentina es enlazar a todas las generaciones. Yo digo que el “abuelito” de los compositores que tenemos en este volumen 2 es un tema que se llama “Hombre mío” de Oscar Alemán. A partir de esa partitura que, creo, es una de las más antiguas que está en este libro, aparecen compositores que van de Sergio Mihanovich, pasando por el “Pollo” Raffo hasta Hernán Jacinto.

-¿El músico argentino siempre estuvo al tanto de las corrientes jazzísticas de cada momento?

-Puede ser mi sensación, pero creo que históricamente el músico argentino siempre está bien informado y actualizado de lo que suena afuera, tanto sea  en Estados Unidos o en Europa. Esto lo veo lógico porque la actualización es importante. Después toma lo que le interesa y lo fusiona con folklore, tango o rock. Hay épocas en que esos entrecruzamientos fluyen con más naturalidad que en otras. Pero la inquietud y la búsqueda del músico de jazz argentino son constantes.

Yo tengo una frase que la uso un poco como muletilla, que es decir que Real Book Argentina es un proyecto que recopila música escrita por compositores argentinos enrolados dentro de las vastas fronteras estilísticas del jazz. Creo que acá hay una gran avidez por escribir música original que en otras partes del mundo no se ve tanto. En España, en donde viví mucho tiempo, no existe la creatividad que hay en Argentina.

Nosotros tenemos un diferencial muy fuerte que tiene que ver con que hay una tradición de música popular escrita que viene del tango de los 20, los 30 y los 40. También hay una búsqueda muy grande de la originalidad. Todos estos elementos son un capital cultural muy importante y valioso.

La generación de Adolfo Ábalos o Gustavo “Cuchi” Leguizamón tenían mucho conocimiento de la música que se hacía de afuera. Utilizaban algunas progresiones que tenían mucho que ver con el jazz, por ejemplo. Y nadie puede decir que lo que hacían no era folklore.

Yo rescato lo especial de la movida del jazz de acá, e insisto en que no es algo que pase en todos lados. Esto hace que el género esté en constante crecimiento y que se mantenga la llama creativa sostenida durante tantas décadas.

Presentación de Real Book Argentina Volúmen 2

Participarán los compositores Esteban Sehinkman, Bernardo Monk y Hernán Cassibb. Festival BA Jazz, sábado 23 de noviembre a las 18 en el Salón Dorado del Ministerio de Cultura de CABA, Av de Mayo 575.