«Publicamos lo que nos gusta, lo que nos parece que merece ser publicado, dice Hernán López Winne, titular de ediciones Godot junto con Víctor Malumian. En un momento en que la fusión de grandes grupos editoriales deja poco espacio para emprendimientos que no se ajustan estrictamente a la lógica de mercado, la afirmación suena extraña. Sin embargo, Godot, fundada en 2008, lleva ya ocho años ampliando un catálogo que es fiel, sobre todo, a las preferencias de estos dos emprendedores audaces.
El primer libro lo lanzaron casi sin capital. Fue cuenta López Winne- Doce pruebas de la inexistencia de Dios, de Sébastien Faure, un anarquista que se dedicó a pregonar a través de pruebas lógicas que Dios no existe. Salió con collages de León Ferrari que combinaban páginas del diario del Vaticano con imágenes de Videla, por ejemplo, o con grabados de Doré.
Tuvieron que esperar a que se vendiera la edición para sacar otro libro.La edición se vendió, volvieron a publicar y el proyecto comenzó a crecer. Hoy su catálogo está integrado por más de 60 títulos. Como Víctor y yo somos egresados de la carrera de Comunicación de la UBA explica- la editorial comenzó con textos que habíamos leído en la carrera y que para nosotros eran joyas o que por alguna razón estaban olvidados y creíamos que valía la pena reeditar como El marxismo y la filosofía del lenguaje de Volóshinov que se había publicado en los ’90 en una traducción directa del ruso y que estaba agotado. Nos contactamos con la traductora que es rusa pero vive en México.Usando su traducción pudimos reeditar el libro que se sigue vendiendo porque es un texto importante tanto para el que estudia Letras como para el que estudia Comunicación. Lo mismo sucedió con Teoría de la Novela de Georg Luckás, un libro destinado sobre todo a alumnos y profesores de Filosofía y Letras.
El segundo desafío del proyecto fue amliar el círculo. Según explica López Winne, publicar ficción fue una forma de abrirse a otro tipo de lector. Zizek es muy interesante -reflexiona- pero está destinado a una especie de gueto, por lo que en un determinado momento tuvimos que pensar en la manera de apuntar a un público no necesariamente académico. En ficción comenzamos sobre todo con autores clásicos como Virginia Woolf, Stefan Zweig, Robert Musil, James Joyce o Marcel Schwob. Han publicado también a autores argentinos como Martín Kohan, (Ojos Brujos), a Luis Gusmán (La ficción calculada 2) y Eduardo Grüner (Un género culpable) por citar sólo algunos ejemplos.
A medida que el proyecto se consolidaba comenzó a plantear también nuevas exigencias.Siempre tuvimos la idea de dedicarnos exclusivamente a la editorial, pero eso parecía una utopía, dice Winne. Luego de tres años de dedicarme a ella en horario post laboral, decidí dejar mi otro trabajo. Desde que empecé a dedicarle más tiempo y más trabajo, la editorial comenzó a rendir más, surgió la posibilidad de viajar a Ecuador en una misión comercial que organizó la Cámara del Libro y conseguimos pedidos de librerías muy importantes. También pude viajar a Chile y concretar ahí la distribución con el Fondo de Cultura Económica. El año pasado también, Víctor empezó a dedicarse full time a la editorial.»
Cuando se le pregunta cuál es el secreto que le permitió a Ediciones Godot generar un espacio propio al lado de grandes grupos editoriales, contesta: Creo que el armado del catálogo es una de las razones, pero no es la única. Esa es la parte más linda, donde se puede soñar más, pero luego hay una parte administrativa que exige un gran control sobre lo que pasa con los libros.En estructuras muy chicas eso es muy importante aunque uno no lo quiera ver cuando empieza. «