Regresa a Buenos Aires una nueva edición del prestigioso Festival de Fado, que trae a nuestra ciudad a los mejores exponentes de la bella y reconocida música tradicional de Portugal.
Este evento, que busca promover el fado y la cultura portuguesa en el mundo, estará dedicado al tema del “Fado y la Libertad” y será la oportunidad de escuchar en vivo a cantantes fadistas de la talla de António Zambujo y Raquel Tavares acompañados de importantes músicos como Bernardo Couto en guitarra (quien participó de la edición 2023 de este festival), Joao Salcedo en piano y Francisco Brito en contrabajo. Además de los conciertos, el festival presentará la película El Cónsul de Burdeos de Francisco Manso y João Correa, así como la conferencia “Fado y Libertad” a cargo de Rodrigo Costa Félix.
Esta edición, la número 14, desde sus inicios en Madrid en 2011 (año en que el Fado fue declarado por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad) busca promover este arte y, por consiguiente, la lengua y cultura portuguesas a través de 18 ciudades de 14 países de Europa, Asia, África y Latinoamérica, con artistas de primer orden.
En el momento en que se celebran los cincuenta años de la restauración de la democracia en Portugal, el fado se afirma como una expresión viva, dinámica, auténtica y orgullosa de su historia, pero sobre todo libre de explorar los caminos de su futuro.
El fado es la expresión musical del alma de Lisboa. La palabra fado proviene del latín «fatum» que significa «destino». La frustración y el fatalismo que surge en los arrabales humildes, en los ambientes tabernarios y portuarios de la ciudad de Lisboa se reflejan en este estilo musical caracterizado por su acento melancólico y nostálgico.
El fado, sus orígenes
Los inicios del fado se remontan al siglo XIX y nace en ambientes frecuentados por los márgenes de la sociedad. Su surgimiento tiene contactos de estilo con el tango, por su origen popular y por tener raíces que provienen de las inmigraciones que llegaban al puerto tanto de Lisboa como de la ciudad de Buenos Aires.
Las casas de fado se concentraron en los barrios históricos de Lisboa, principalmente en el Bairro Alto, a partir de la década de 1930. Desde entonces, fue ganando popularidad y en los años 50 se produjo la aparición de artistas fundamentales, como Amália Rodrigues (1920-1999), figura estelar del género, que fue fundamental para que este fuera reconocido internacionalmente.
Las diversas vicisitudes políticas hicieron que el fado se transformara en un canto de resistencia. Pero este canto popular fue silenciado y en los años 80, con el retorno de la democracia, se renovó el interés por el género y surgieron nuevos artistas e investigadores. Esto hizo que se lo considerara como patrimonio nacional de Portugal y símbolo de identidad de Lisboa.
António Zambujo es uno de los mayores representantes de la música y de la cultura portuguesas en la actualidad. Su trayectoria se afirma entre el fado y el cante alentejano, enlazados con otros géneros y escuelas musicales. Asume la influencia de la música brasileña de manera inequívoca al lanzar un disco en homenaje a Chico Buarque en 2016 (Até Pensei que Fosse Minha) que le valió la nominación al Grammy Latino 2017.
«Mi primer recuerdo musical es escuchar a un grupo de canto popular en mi región, Alentejo, una de las regiones de Portugal donde hay más tradiciones fadistas y más noches de fado, y querer cantar como ellos”, dice el intérprete. Y agrega: “poco después de ese recuerdo ya estaba aprendiendo las canciones y también aprendiendo a cantar. Mis principales influencias son la música popular brasileña, la morna de Cabo Verde y el jazz. Últimamente he escuchado mucha música del resto de América del Sur, además de la brasileña. Me encantan los boleros, los tangos y algunos ritmos tradicionales argentinos y uruguayos·.
En esta oportunidad Zambujo se presentará junto a Bernardo Couto en guitarra portuguesa, Joao Salcedo en piano y Francisco Brito en contrabajo.
Raquel Tavares nació en Lisboa en 1985 y desde la temprana edad de diez años convivió con el fado. A los 12, ganó la “Grande Noite do Fado”, iniciativa de la Casa da Imprensa de Portugal.
Con solo 14 años, publicó su primer álbum, Porque canto o Fado, y pocos años después un nuevo trabajo, Raquel Tavares, que produjo Jorge Fernando y le valió el reconocimiento como artista revelación de los premios “Amália Rodrigues”, que entrega la fundación homónima.
«El fado es una música popular. La gente lo creó como una forma de expresión y cantarlo es, en esencia, cantar la vida, abarcando todas sus experiencias y sentimientos”, afirma Tavares. “No es solamente música triste; también hay fado alegre que celebra la vida y las fiestas. La gente lo canta en las calles y en los barrios. Por ejemplo, en el barrio donde vivo, Alfama, hay mucha fiesta y alegría, y yo, como cantante, disfruto enormemente de interpretar todo eso.»
«Por supuesto, me encanta cantar sobre la tristeza, ya que soy fadista, pero el fado es, ante todo, una canción popular que da voz a los que menos tienen”, agrega. Finalmente, Tavares considera que “la gente de Buenos Aires disfruta mucho del fado al igual que del tango, ya que hay muchas similitudes en ambas músicas, por lo que estoy convencida de que serán noches muy emotivas”.
El Festival de Fado se realizará en el CCK, Sarmiento 151, CABA.
Festival de Fado- Programación completa
Sábado 16
A las 20 – Auditorio Nacional
Concierto de António Zambujo
Domingo 17
A las 16 – Sexto piso. Sala María Luisa Bemberg
Cine: “El cónsul de Burdeos”, de Francisco Manso y João Correa
A las 17:30 – Auditorio 511
“El fado y la libertad”, conferencia a cargo de Rodrigo Costa Félix
A las 19 – Sala Argentina
Concierto de Raquel Tavares