Esta muestra, Del genocidio a la reparación, que cuenta con la curaduría de Marco Bufano, es parte de otra mayor, Prisioneros de la Ciencia, una iniciativa del Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social (Guías) de la Facultad de Ciencias Naturales y el Museo de la Universidad Nacional de La Plata, que ya ha tenido 150 representaciones en todo el país a partir de 2010, en que fue inaugurada en el Museo Perito Moreno de Bariloche, de Parque Nacionales. “Estas imágenes –le dijo a Télam el curador- son prueba del genocidio planificado por el gobierno argentino en el siglo XIX» y subrayó que «gracias al rescate del colectivo Guías, la muestra acompaña las restituciones de restos humanos impulsadas por las comunidades y por el antropólogo Fernando Pepe».
“Son todas fotografías que copiamos del archivo del Museo de La Plata en el transcurso del trabajo que hicimos allí en 2016”, explica por su parte el antropólogo del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) Fernando Pepe a Tiempo Argentino.
Y agrega: “Un grupo de la muestra son fotografías sacadas en el siglo XIX a miembros de pueblos originarios presos por el Ejército Argentino que estaban en el Museo de la Plata. Son el cacique Inacayal y su familia que mueren en ese Museo y son expuestos en sus vitrinas, algunos de ellos hasta el año 2006, cuando los sacamos de la exhibición con el colectivo Guías.
“Otro grupo –continúa- está integrado por fueguinos que son tomados prisioneros en Tierra del Fuego y pertenecen al pueblo selknam. Son fotografiados también a fines del el siglo XIX por una expedición de Museo de La Plata. Estos prisioneros selknam mueren todos en la isla Dawson, en Tierra del Fuego, que tenían arrendada los salesianos. Cuando, luego de 20 años, el arrendamiento terminó, en la isla quedaron 3.000 tumbas de los 3.000 selknam que habían llevado hasta allí. Solo sobrevivieron cinco miembros de ese pueblo.”
“En las fotografías –agrega- se tomó a un grupo de 88 de esos prisioneros que son niñas, niños, mujeres y hombres. Es impactante ver en estas fotos al cacique con grilletes. A los demás se los habían quitado para salir en la foto, pero al cacique no.”
“También –señala- hay un grupo de fotos de los ingenios azucareros Ledesma, en Jujuy, de 1906, ya entrado el siglo XX, de mujeres, hombres, niños y niñas del pueblo wichi, qom, choroté y guaraní que estaban esclavizados en esos ingenios azucareros. Un investigador del Museo de La Plata hace una expedición y vuelve con los restos de un wichi asesinado allí en ese mismo año, que nosotros queremos restituir a Salta. Esta restitución ya está aprobada en todas sus instancias, tanto en la Universidad de La Plata, el Museo y el INAI. Lo íbamos a realizar con Octolina Zamora, la conocida dirigente wichi que luchó mucho para parar con las violaciones de las niñas wichi en Salta. Pero, lamentablemente, ella falleció hace dos meses.”
“Todas estas fotos –añade- se van a integrar con fotografías actuales de trabajadores del INAI en el territorio, tanto en el Norte como en el Centro y Sur del país. En ellas se ve la reparación del genocidio que se llevó a cabo en el siglo XIX. Se aprecia cómo, a través de distintas políticas públicas, el Estado lleva el agua que necesitan las comunidades, vacunas, la AUH. Nuestro trabajo es ir a los territorios, tomar las demandas de los pobladores y hacer el relevamiento territorial. En cada área del INAI va a haber fotografías de las comunidades actuales, algunas sacadas por miembros de las propias comunidades, sobre este trabajo de reparación. En lo que respecta a mi área, ya tenemos algunas fotografías muy buenas de ARGRA sobre las restituciones.”
En coincidencia con la muestra Del genocidio a la reparación, en el Día de la Pachamama, se inauguró un edificio destinado al INAI. “Es la primera vez –dice Pepe- que tenemos en el INAI un edificio propio. Hasta ayer, estábamos dispersos en distintos lugares del Estado. Últimamente en la Secretaría de Derechos Humanos. Durante el gobierno del PRO 40 trabajadores habíamos quedado en el hall central de esa Secretaría. Era un pasillo por el que pasaba la gente y en el que se hacía difícil trabajar.”
Ayer, el acto de inauguración del edifico destinado al INAI en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex Esma) contó con la presencia de la presidenta del INAI, Magdalena Odarda, el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, la Tinkina del Pueblo Tonocoté, Solita Pereyra y el Presidente de la Asociación Indígena de la República Argentina (AIRA), Rogelio Guanuco. Durante su transcurso se llevó a cabo la ceremonia ancestral de ofrendas a la Madre Tierra.
Este será, de aquí en más, también el espacio de las diferentes comunidades indígenas.
“Este es uno de los 17 edificios de la ex Esma –explica el antropólogo- en un predio de 17 hectáreas que recuperó Néstor Kirchner. Este edifico tiene celdas que no se pueden ocupar porque corresponden a su parte histórica. Allí se hicieron distintos murales de los pueblos originarios de Malvinas, uno de Juana Azurduy que va a ser inaugurado el 5 de septiembre, de Micaela Bastidas, También se hizo un mural sobre Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Ayer su cumplieron 5 años de la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado. Del acto de inauguración participó Víctor Heredia que cantó una canción de su disco Taki Ongoy y el tema Sobreviviendo. Estaba muy emocionado. Allí estuvimos con Adolfo Pérez Esquivel que se sumó a la restitución de las niños de Lullaillaco”. Se trata del cuerpo momificado de tres niños: la niña del rayo, la doncella y el niño.
“La muestra, del mismo modo que los murales, es permanente –agrega- Forma parte del guión histórico que intenta unir el genocidio de los pueblos originarios del siglo XIX, cuando se está conformando el Estado-Nación, y el último genocidio de la dictadura cívico-militar en el que la ESMA fue un centro de detención. El guión seguirá en construcción con nuevos murales y otras muestras. Creo que fue algo muy simbólico que se haya realizado este acto en el Día de la Pachamama que es el mismo de la desaparición de Santiago Maldonado.”
Pepe resalta: “Hay algo que quiero que quede claro y es que el INAI es de las comunidades indígenas.”
facundo
2 August 2022 - 14:25
Si falta aclarar que para un genocidio hace falta al menos un genocida: Julio Popper. Aun hoy una calle lleva su nombre muy cerca del lugar del genocidio