En el marco del festival Basado en hechos reales, la periodista peruana Nelly Amancio, cofundadora de Ojo Público y editora general del medio, dictará un taller sobre narrativas digitales.
De esta edición participarán autores de Argentina, Colombia, Cuba, España, Inglaterra, México, Perú y Suiza.
Nelly Amancio, de Perú, es cofundadora y editora general del medio digital Ojo Público. En el marco de Basado en hechos reales, el 2 de noviembre dictará un taller en el que, basándose en la intensa experiencia de este medio en sus cuatro años de vida, se referirá a las narrativas digitales.
De viaje por México, mantuvo una charla telefónica con Tiempo Argentino. En ella se refirió a su participación en el festival y al futuro del periodismo digital de investigación.
-¿En qué va a consistir el taller dictarás el 2 de noviembre en el marco de Basado en hechos reales en el CCK?
-Voy a hablar de cuál es el proceso para construir narrativas digitales que incluyan periodismo de investigación. El periodismo de investigación puede incorporar nuevas narrativas que propongan a la audiencia nuevos formatos y plataformas que incorporen interactividad pero también nuevas formas de transformación de discursos en formas digitales.
.Como cofundadora y editora general de un medio digital: Ojo Público. ¿Qué podés contar de esa experiencia?
-Es un medio que fundamos en 2014 y está alojado en Perú, pero muchas de las temáticas que abordamos tienen carácter regional o fronterizo. Colaboramos con el Consorcio de Periodismo de Investigación que lideró recientemente la investigación de los Panamá Papers y los temas en que estamos enfocados son los paraísos fiscales, la desigualdad, las investigaciones de carácter ambiental, de ciencia y también el poder corporativo.
-¿Cómo llegaste a formar este medio?
-Trabajé diez años en El Comercio, el diario más importante de Perú. En 2014 el diario decidió cerrar el área de investigación y con tres compañeros renunciamos al diario porque sentimos que la investigación todavía era posible en espacios digitales y fundamos Ojo Público.
.¿Que puede aportar un medio digital en cuanto a posibilidades de investigación, cuál sería la diferencia con un medio no digital?
-Lo digital reduce mucho los costos porque editar en papel tiene un costo mucho más alto. Además, el formato digital permite alcanzar audiencias mucho más amplias rompiendo con el concepto de frontera o de territorio que tiene el proyecto impreso. A esto se suma, sobre todo en los últimos años, que el espacio digital permite la incorporación de nuevas narrativas en conexión con la audiencia, de acuerdo con las características de la comunidad que te está leyendo y con las emociones de esa comunidad, porque ahora es posible saber en qué momento, durante cuánto tiempo y desde dónde te están leyendo.
-¿Cómo se transforma un lector de soporte papel en un lector digital? ¿Es posible esta transformación después de los 50 años?
-El proyecto también tiene que ver con el proceso de aprendizaje para lograr que cada vez se sumen más personas. Cada vez más adultos mayores compran un Smart Phone e incorporan nuevas formas de comunicación como las redes sociales o el WhatsApp. Eso es algo progresivo a diferencia de lo que sucede con los nativos digitales. Los adultos mayores se incorporan a la tecnología desde la experiencia de sus hijos o sus nietos. Nuestro público está comprendido en mayor medida entre los 25 y los 45 años. Es difícil que los adultos mayores se enganchen más de ocho o diez minutos a un teléfono móvil o a la pantalla del computador. Sin embargo, creemos que el contacto con lo digital se va ir incrementando. Además los medios digitales estamos implementando distintas estrategias para captar a las audiencias que son más tradicionales. Por ejemplo, tenemos productos editoriales en papel para llenar todos los espacios
-¿A quién está dirigido el periodismo de investigación que hacen desde Ojo Público?
-Nosotros hacemos periodismo de investigación y cultivamos mucho el género del reportaje de fondo, la historia que permita una mirada profunda de un determinado hecho, que atraviese personajes, datos adecuadamente verificados pero que, además, experimente narrativas digitales que puedan llegar a una audiencia amplia. Durante muchos años el periodismo de investigación ha sido tomado como algo que pertenecía a una élite o a tomadores de decisión. Pero el periodismo de investigación digital hace posible que se puedan experimentar narrativas que puedan llegar a audiencias cada vez más amplias, que las estructuras con datos duros puedan transmitir emociones para alcanzar audiencias que tradicionalmente no estaban interesadas en este tipo de periodismo.
-¿Siguen una agenda o la fijan ustedes?
-Trabajamos mayoritariamente con una agenda propia, salvo en temas muy específicos como casos de corrupción como Odebrecht.
-¿Cuál es el perfil de los lectores de Ojo Público en este momento?
-Son personas de entre 25 y 45 años que tienen acceso a Internet, son tomadores de decisión, tienen un cargo público o están en el mundo académico, es un público de nicho. Queremos ampliar los espacios de llegada a través de otros productos. Por eso hacemos revistas y cómics impresos para quienes no tienen acceso a un medio digital.
-¿Es posible en este momento hacer un medio que no sea de nicho, un medio generalista?
-Los diarios generalistas son importantes pero no puede competir con uno de nicho. Creo que en el futuro son pocos los medios generalistas que van a sobrevivir. En este momento los medios que funcionan son los que tienen una audiencia muy específica, de nicho, porque logran satisfacer las necesidades de determinadas audiencias. Creo que los medios que logren sobrevivir serán los que sepan perfilar bien a sus lectores, los que puedan interactuar con sus audiencias e incorporarlas incluso a las formas de producción de noticias.
-¿De qué forma se produciría esa incorporación?
-Por ejemplo, nosotros tenemos un club de amigos de Ojo Público que comentan y sugieren qué temas les gustaría que se investiguen. Hay un medio cooperativo que depende en un 80 por ciento de sus suscriptores, los invita a reuniones y junto con ellos establecen las líneas de investigación. La red de lectores que sostiene este medio participa de lo que se quiere investigar. Me parece una manera interesante de generar comunidad y de fidelizar a los suscriptores que en el caso de este medio cooperativo del que hablo, son quienes lo sostienen.
-¿Considerás que esta forma es más efectiva que basarse en los clics que tiene una nota?
-Desde mi punto de vista, el modelo de negocio que se basa en los clics va a fracasar en unos años porque los clics no miden realmente el impacto de una noticia. Creo que para medir el impacto de una nota no se pueden tomar en cuenta los clics, sino la respuesta que esta nota generó, los comentarios que se produjeron en un grupo o en determinadas comunidades y que son el inicio de un proceso de cambio. Si bien en este momento es el modelo que siguen todos los medios basados económicamente en la publicidad, creo que se va a redefinir porque eso perjudica la marca y los procesos editoriales en muchos medios de comunicación. Muchos sacrifican la profundidad de una nota de investigación en función de los clics, pero nosotros seguimos creyendo que Internet permite la producción de historias de fondo que alcancen y conmuevan a las comunidades a que se dirigen. Nuestro slogan es: “Las historias que otros no te quieren contar”. Nuestra agenda aborda, precisamente, temas que los medios tradicionales no abordan por su dependencia de grupos corporativos.
-Habitualmente los lectores entran a una nota a través de las redes sociales y no del sitio mismo. ¿Es necesario revertir esta tendencia o es algo inherente al mundo digital?
-Eso es algo que muchos medios aún no tenemos claro. Me parece, sin embargo, que aspirar a que se entre directamente a un sitio puede llevar al fracaso periodístico. Creo que lo deberíamos pensar más bien es cómo hacer que una historia producida en un medio se replique en todas las plataformas posibles, hay que multiplicar los canales de llegada, lo que rompe con el esquema del periodismo tradicional. Deberíamos apuntar a un periodismo colaborativo cuyas historias vayan más allá de los senderos periodísticos que son de propiedad del medio. Sería importante, por ejemplo, en la Argentina, hacer una red de Clarín y La Nación, o una red de medios regionales, para que el lector pueda alcanzar la historia producida por un medio en cualquiera de sus formatos. Me parece que ése es el periodismo del futuro más allá de las plataformas que se utilicen, porque es la forma de lograr que una historia tenga un impacto mucho más amplio.
-¿Qué les dirías a las personas interesadas en hacer el taller que vas a dictar en el CCK?
-Que van a ser tres horas en las que vamos a transmitir nuestra experiencia de cómo se construye el medio pero también de cómo es posible hacer investigación y contar buenas historias en el espacio digital.
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