De cara al 21° Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, que se realizará desde mañana y hasta el próximo sábado en Resistencia, Mempo Giardinelli, escritor, periodista y artífice del evento que reunirá a miles de personas en la capital chaqueña, desarma la idea de que la lectura «es un problema de chicos» y asegura que la verdadera apuesta debe ser «recuperar» generaciones de lectores «ví­ctimas» de una educación censurada.

Escritores, académicos y gestores del paí­s y del mundo se reunirán una vez más, durante cuatro dí­as, para participar del clásico evento chaqueño organizado por la Fundación Giardinelli desde 1996, que este año anticipa más de 2000 inscriptos y una programación con mesas de debate, conferencias, lecturas, diálogos abiertos, talleres y visitas a escuelas.

Bajo el lema «La lectura: una práctica social siempre en emergencia», el foro comenzará con una conferencia magistral de la escritora Tununa Mercado y culminará el sábado con una charla del dramaturgo Roberto «Tito» Cossa, ambas en el Centro de Convenciones de Resistencia. En el medio transitarán nombres como Horacio González, Luisa Valenzuela, Inés Garland, Ricardo Mariño, Miguel Molfino, Diego Muzzio, Miguel Russo y Elena Annibali. Además, desembarcarán a la capital chaqueña el portugués Afonso Cruz, la puertorriqueña Mayra Santos-Febre; el colombiano Jairo Buitrago; la italiana Daniela Palumbo; el español Eliseo Valle; los chinos Ye Duoduo y Cun Wuenxue; el boliviano Yuri Soria Galvarro y la mexicana Laura Guerrero Guadarrama.

«El foro -explica a Télam Mempo Giardinelli- se propone mantener en agenda y profundizar el debate en torno a las polí­ticas de lectura, que es mucho más que convencer acerca de la importancia de leer. Nuestros países exigen trabajos sustantivos de fomento, para generalizar a la lectura como factor fundamental en la construcción de ciudadaní­a, lo que implica hacer de cada persona un mejor lector de la realidad y de la información básica para el acceso a todos los derechos.» Con la lectura como derecho «dar de leer es tan importante como dar de comer», dice Giardinelli, este encuentro de intercambio con más de 20 años ininterrumpidos tiene entre sus desafíos «revisar el rol de los intelectuales, las bibliotecas, las escuelas, las universidades y en general el mundo del libro ante un Estado que abandona las polí­ticas de fomento lector».

En su opinión, «el Estado tiene la obligación de garantizar condiciones de acceso a la lectura equitativas» y en ese sentido «hay un retroceso palpable» en polí­ticas orientadas al fomento de la lectura, tales como el «aniquilamiento» del programa Conectar Igualdad. «Es un hecho que cuando los lectores poco asiduos no encuentran apoyo para la práctica, o cuando el entorno social no la valora, la abandonan. En pocos meses una escuela que trabajosamente se vení­a convirtiendo en una comunidad de lectores, en cuanto se le recortan recursos y estí­mulos abandona el proceso», argumenta el chaqueño, autor de novelas, cuentos, relatos infantiles, antologías y ensayos.

El foro respira así al ritmo de los vaivenes sociales y políticos y las mejorías son palpables a 20 años de su primera experiencia, según sostiene Giardinelli. «Desde 1996, cuando empezamos en pleno menemato, con la banalidad en ascenso y la lectura caí­da en descrédito, hay que decir que se avanzó mucho y particularmente durante lo que va de este siglo». Parte de ese avance es resultado del aporte motorizado por la Fundación que dirige, pues con ella -explica- «hemos contribuido a la existencia de polí­ticas públicas de lectura en todos los niveles del Estado, que han dado excelentes resultados. Las últimas encuestas nacionales de lectura mostraban generaciones de chicos más lectores que sus padres y docentes.» A diferencia de lo que el sentido común pregona, formar lectores es una tarea que no sólo atañe a niños y niñas (en los niveles educativos y en clave pedagógica) sino que también involucra a los adultos. No como padres, como lectores. «Hace años sostengo que la lectura no es un problema de los chicos sino de los grandes», define. «No encontrarás -ejemplifica- un niño que te diga ‘no quiero que me leas’ si se le ofrece un cuento. Pero los padres, docentes y bibliotecarios de ahora fueron ví­ctimas de una pésima educación lectora en años de dictadura. El autoritarismo y la censura cambiaron el paradigma lector en nuestro paí­s: el libro y la lectura pasaron a ser subversivos o un trabajo.».

Formar lectores y que además sean lectores que leen libros «bellos» delinean los ejes del espíritu del foro, que pretende reflexionar sobre la práctica lectora en tanto derecho que a su vez abre «puertas para el ejercicio de otros derechos» y lo hace convocando a prestigiosos y formados escritores locales e internacionales porque suscribimos «el derecho a la belleza». Con esa impronta, el 21º Foro Internacional por el Fomento de la Lectura y el Libro replicará su apuesta por «formar lectores exigentes que decanten siempre por lo más bello, y por lo que tiene un trasfondo profundo. Leer cosas que te dejan parado en la misma baldosa en la que estabas no aporta a la vida de nadie; estimulamos lectura literaria de calidad, porque sabemos que la lectura es una experiencia potente y transformadora.»