Falleció el sábado por la noche en una zona cercana a su casa de Palma de Mallorca. Se trasformó en un ícono del género que será recordado por el sesgo lúdico y reflexivo de sus viñetas mudas que abarcan desde indagaciones sobre la soledad o el amor hasta su fascinación por los deportes y los animales.
«Los dibujos míos también son atemporales. Por eso un tema que aparece mucho es la soledad, que es ancestral, actual y futura. ¿Es que acaso no estamos en soledad permanente? No todos lo sienten, pero estamos solos. Empezando por el planeta, que es un puntito en una galaxia y no sabemos si hay más. En la inmensidad del planeta, de la especie humana, no sabemos si estamos solos o no», sostuvo hace algunos años Mordillo en una entrevista.
La producción de Mordillo, que llegó a hacer más de 2.000 dibujos con un promedio de 60 anuales, se destaca por su potencia visual que se cuela en los detalles técnicos que deparan al lector una contemplación minuciosa en la que los aspectos minúsculos terminan siendo reveladores de una trama reflexiva de alcances universales.
Su humor atravesado por la ironía se desplazó en los últimos años hacia una serie de viñetas que se internaban de lleno en la muerte. Así surgió por ejemplo una escena gráfica en la que se ve una casa y a la muerte golpeando la puerta, mientras un pequeño hombre de nariz pomposa entreabre y señala a un perrito que mordisquea un hueso a un costado de la casa, ajeno a la traición de su amo.
Entre los galardones recibidos a lo largo de su extensa carrera figuran el Premio Phoenix de Humor (1973), el Premio Yellow Kid (1974), el Premio Nakanoki (1977), el Cartoonist of the Year del Montreal International Salon of Cartoons (1977) y la Palma de Oro de San Remo.
Sin embargo, el dibujante solo realizó tres exposiciones: una en París a finales de los sesenta; otra en Barcelona; y la última en Palma de Mallorca en noviembre de 1989, cuyos fondos obtenidos se destinaron al tratamiento de niños autistas en la isla mallorquina.
Con ilustraciones de su obra, los dibujantes Liniers, Horacio Altuna y Rep lamentaron la muerte del humorista gráfico.
«Gracias Mordillo … un gigante se fue. QEPD», tuiteó el historietista Ricardo Siri Liniers junto a una ilustración de Mordillo, mientras que Rep compartió como homenaje un dibujo propio del barrio histórico del dibujante: Villa Pueyrredón.
Por su parte, el creador de «El loco Chávez», Horacio Altuna, manifestó «tristeza» por la noticia y acompañó sus palabras con varias ilustraciones y una fotografía del dibujante abrazado a una réplica de sus conocidas jirafas.
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