“La política debe imitar al básquet”, aseguró en una columna de opinión el gerente de programación de El Trece, Adrián Suar. Y aunque algunos dicen que El Chueco tiene razón, lo cierto es que sus palabras no aplican en el caso de muchos de los funcionarios del mejor Gobierno de los últimos cincuenta años.

Son miembros de la generación dorada –algunos todavía en actividad–, los que nunca pierden, los que siempre la embocan. Llueva o truene. Con crisis económica o sin ella.

Hoy, en un esfuerzo descomunal de producción, Dominical logró la reunión de estos verdaderos grandes de la vida nacional. El ex ministro de Energía, Juan José Aranguren; el ex presidente del Banco Central y ex funcionario de la Alianza, Federico Sturzenegger; el ex ministro de Finanzas, Luis Caputo; y el ex ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

–Cuatro exitosos. Y la pregunta del millón… ¿cómo hicieron, cómo hacen y cómo harán para destacarse y ganar siempre, a pesar de colapsos económicos, crisis cambiarias y descalabros financieros?

Aranguren: Empezaste mal. Donde decís “a pesar de”, debiste decir “gracias a”, pero bueno… estás perdonado. (Risas). Cambiando de tema. Te hago una consulta… ¿dónde cargás nafta? ¿En Shell, no?

Caputo: Mirá… acá no hay secretos. Hay que tener coraje e iniciativa. Si vos te proponés convertirte en ministro o en presidente del Banco Central, licitar un bono a 100 años y comprar ese bono vos mismo con los intereses que vos fijaste, entonces no hay nadie que pueda impedir que te transformes en millonario de la noche a la mañana.

Sturzenegger: El trabajo en equipo es muy importante. Y el líder, también. Yo digo que Mauricio Macri es nuestro Sergio Hernández (N. de la R. El entrenador de la Selección argentina de básquet). O (Luis) Scola. Igual, cuando Macri se vaya, seguramente habrá algún otro líder que nos permitirá hacer negocios y que las cosas salgan bien todo el tiempo. Porque esas son verdaderas “políticas de Estado”.

Dujovne: Para mí, todo pasa por no ser pelotudo y sacar la guita del país. Y si tenés una casa a tu nombre, no seas idiota y registrala como baldío para no pagar impuestos.